Economía en sentido contrario: Banamex
Esta semana se abrió el registro para las y los aspirantes a la candidatura presidencial de la coalición Va por México rumbo al 2024. En esta primera fase de inscripción me llamó la atención el registro de Xóchitl Gálvez. Primero por ser mujer. De primera impresión genera simpatía en millones de mexicanas y mexicanos que buscan una alternativa diferente y fresca que constrate con los mismos actores de siempre.
Genera atención en razón de que la competencia por la presidencia de la República puede ser entre dos mujeres. Me llena de entusiasmo que por primera vez en la historía una mujer gobierne nuestro México querido.
Entre la información mediática de cientos de entrevistas que le hicieron a Xóchitl Gálvez, resalta el hecho de no ser recibida físicamene en Palacio Nacional, literalmente no le abrieron la puerta, para ejercer su derecho de réplica dictado por un juez.
Hoy su sola manifestación de competirle al partido del presidente y a sus corcholatas llama poderosamente la atención. La sociedad en todos sus niveles y estratos hace suyo este hecho.
En las calles, en las reuniones sociales, en las familias, en las pláticas de café y en las redes sociales la posicionan y apoyan como la posible candidata de la coalición que destronará a la Cuarta Transformación.
Hoy la aspiración de Gálvez es claro ejemplo de cómo podemos tener y trazar metas, objetivos y trabajar para ellos. Todo cuenta y vale si hay esa pasión por lograr nuestras metas. Estoy segura que la estrategia bien aplicada y con el equipo correcto será fundamental para que sea la candidata de las mujeres. Ella será cada vez más aclamada cuando encuentre la mejor manera de contar su historia, su discurso y en ofrezca en sus acciones la respuestas a muchas necesidades de la gente.
Siempre hemos escuchado que la política es de tiempos y circunstancias, vemos con verdadero agrado que la circunstancia esté favoreciendo a una mujer, una mujer preparada, con fuerza en sus palabras, con un evidente deseo genuino de servir a su país, pues su trayectoria política, empresarial, profesional y en la administración pública está probada.
Xóchitl posee sin duda la experiencia para el cargo al que aspira, pero aún más relevante cuenta con carisma, simpatía y, sobre todo, con lo que un candidato necesita: cercanía a la gente, a sus necesidades, visión que contagia, que conecta, genera confianza al comunicar y que convierte sus palabras en compromiso personal para quien la escucha. Eso es de lo que las mujeres estamos hechas, de una alta sensibilidad para comunicar con el otro.
Estoy segura que ella se ha ganado la fidelidad de miles de mujeres en México en apenas pocos días, porque está justamente enarbolando nuestra bandera, la de las mujeres que merecemos espacios y que podemos gobernar a nuestro país.
El hecho de que sea por su decisión, determinación, deseo y de interés personal que ella haya ratificado su aspiración, simplemente nos hace respetarla y apoyarla, porque no obedece a otros intereses oficiales de grupo o de absurdas continuidades esteriles.
Es un asunto que, independientemente de los colores o las siglas que representa la alianza, hay causas que van mas allá y esas tienen que ver con lo que nos duele y lastima a las mujeres en México, pero también con lo que nos motiva, lo que nos roba el sueño y sobre todo lo que despierta cuando se trata de nuestros hijos, de su futuro, de su seguridad y de su desarrollo pleno en la vida.
Con eso estimado lector y lectora, con eso “no se juega” porque entonces somos fieras que con uñas y dientes defendemos las mujeres lo que amamos, lo que nos pertenece, nuestros hijos, nuestra dignidad y nuestra libertad.
*Consultora Política
@blancaislasm