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OAXACA, Oax. 4 de agosto de 2025.- En un país donde millones de personas aún enfrentan barreras para acceder a la enseñanza básica, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha decidido dar un paso firme hacia la transformación social a través de una alianza estratégica con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), a partir de la cual se suma a la Estrategia Nacional de Alfabetización y combate al rezago educativo, con el objetivo de contribuir desde sus capacidades académicas, humanas y comunitarias a la construcción de un México más justo e incluyente.
Este trabajo en conjunto responde a una necesidad social urgente y a una convicción institucional; “si bien la vocación de la UAM es la formación superior, como universidad pública federal, de carácter nacional. tenemos la responsabilidad de contribuir al desarrollo del país en todos los niveles educativos, especialmente allí donde persisten los rezagos más profundos”, explicó en un comunicado el doctor Edgar Góngora Jaramillo, subdirector de Cooperación de la Coordinación General para el Fortalecimiento Académico y Vinculación en la Rectoría General.
Consideró que la colaboración no surge de la nada, ya que desde los años ochenta del siglo pasado, la Universidad ha participado en esfuerzos de alfabetización mediante del servicio social y mantiene vigente un convenio que ha permitido la vinculación puntual con esta causa.
Sin embargo, apuntó que el nuevo impulso se consolidó tras un breve encuentro entre el rector general de la UAM, el doctor Gustavo Pacheco López y el director general del INEA, Armando Contreras Castillo, donde acordaron fortalecer la participación universitaria en la estrategia nacional, reconociendo que el combate al analfabetismo y al rezago educativo es una tarea que requiere la suma de voluntades institucionales.
El INEA es una institución pública creada en 1981 con la misión de garantizar el acceso a la enseñanza básica para personas jóvenes y adultas que, por diversas razones, no pudieron concluir sus estudios en los niveles de primaria y secundaria.
A lo largo de más de cuatro décadas, ha desarrollado modelos educativos flexibles, materiales didácticos adaptados y redes de asesoría comunitaria que permiten a la gente aprender a leer, escribir y continuar su formación académica en condiciones dignas y accesibles.
Más que una instancia administrativa, representa una política pública viva que reconoce el derecho a la instrucción como un proceso permanente, sin importar la edad, el origen o la trayectoria de vida. Su labor se extiende por todo el país, con presencia territorial en comunidades urbanas, rurales e indígenas, y con la vocación profundamente social de erradicar el analfabetismo y reducir el rezago educativo como condiciones que perpetúan la desigualdad.
Cifras que interpelan: el desafío educativo en México
Actualmente, más de 4.1 millones de personas mayores de 15 años en México no saben leer ni escribir. Esta cifra supera el umbral del cuatro por ciento considerado como “aceptable” por organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y se agrava cuando se suman los casos de primaria y secundaria incompleta, alcanzando un universo de 27 millones de individuos en situación de rezago educativo, comentó.
Dijo que, en la Ciudad de México, se estima que 140,000 personas enfrentan condiciones de analfabetismo, mientras en el Estado de México la cifra asciende a 350,000. “Estos números, lejos de ser simples estadísticas, representan vidas que requieren herramientas básicas para ejercer sus derechos, acceder a oportunidades y participar plenamente en la sociedad”.
El doctor Góngora Jaramillo aseguró que la estrategia de colaboración contempla como eje central el servicio social universitario. “Se prevé que al menos 250 estudiantes y gente recién egresada participen en actividades de alfabetización, con la meta inicial de atender a mil en el primer año”.
Cada participante contribuirá con la enseñanza de al menos cuatro personas, en un esquema que combina compromiso social, formación integral y vocación comunitaria.
Además del servicio social, se contempla la incorporación de personas egresadas que deseen sumarse voluntariamente al esfuerzo, así como el aprovechamiento de la experiencia acumulada en programas como el PEAPA (Programa de Educación Abierta para Jóvenes y Adultos), activo en la Unidad Xochimilco desde hace más de dos décadas, y otros proyectos en las unidades Lerma, Iztapalapa y el Centro Cultural Casa de las Bombas.
Más que leer y escribir: una alfabetización con sentido
“La estrategia del INEA, acompañada por la UAM, no se limita a enseñar a leer y escribir. Se busca que las personas alfabetizadas desarrollen habilidades de razonamiento matemático, comprensión funcional y pensamiento crítico. En este contexto, la participación de estudiantes de todas las disciplinas, enriquece el proceso formativo y fortalece el impacto social”, agregó.
Precisó que la Universidad no determinará los contenidos educativos; aportará desde su experiencia pedagógica, su capacidad organizativa y su compromiso ético, “no se trata sólo de enseñar letras, sino de darles sentido: ¿por qué es importante leer?, ¿para qué sirve escribir?, ¿cómo cambia la vida cuando se accede al conocimiento?”.
Aunque el esfuerzo inicial se centrará en la Ciudad de México y el Estado de México, el plan contempla extender su participación a otras regiones del país y a entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Veracruz, que podrían beneficiarse de esta colaboración territorial en el mediano plazo.
La Casa abierta al tiempo cuenta con información sobre la procedencia geográfica de su comunidad, lo que permitirá identificar oportunidades de incidencia en zonas donde el rezago educativo es más profundo. “Esta visión territorial responde al carácter nacional de la UAM, que no se limita a una región, sino que asume su papel como institución pública comprometida con el país entero”. acotó.
Además, la firma del convenio general de colaboración entre la UAM y el INEA que está en proceso, será el marco formal para impulsar una amplia campaña de difusión dentro de la comunidad universitaria, la cual incluirá testimonios de personas alfabetizadas y de asesores educativos, con el objetivo de sensibilizar y convocar a estudiantes, académicos y personas egresadas.
Se espera que hacia finales de septiembre o principios de octubre inicie la fase operativa del proyecto, con acciones concretas en las alcaldías y municipios donde el INEA ha identificado mayor necesidad.
El mensaje institucional es claro; “nuestra experiencia como universitarios debe entenderse como parte de una responsabilidad social que implica esfuerzos institucionales e individuales para colaborar en la eliminación de los rezagos que históricamente ha tenido nuestra sociedad”, reiteró Góngora Jaramillo.