Derecho a una vivienda digna
Lo que la balanza comercial nos dice
Terminó el año 2021, pero las últimas cifras del ciclo están por llegar.
El último día del mes de enero de 2022 traerá el resultado de la primera lectura del PIB del año previo.
Los pesimistas hablan de una cifra cercana al 5 por ciento y los optimistas creen que podrá acercarse o superar 5.5 por ciento.
Lo importante no será eso en especial y sí cómo termina el año: con un letargo claro que invita a pensar en la recesión o al menos en un estancamiento con presiones inflacionarias.
El régimen dirá que es por la pandemia o por la reacción de los neoconservadores y sus aliados.
La verdad, sin duda, ha sido la incapacidad del régimen de aplicar políticas públicas que hayan aprovechado iniciar un rebote vigoroso en el primer semestre del año anterior.
Dejemos este asunto para la siguiente columna.
Este domingo me ocupo de la balanza comercial correspondiente al año que recién concluyó y que trajo un déficit como resultado final de 11 mil 491.1 millones de dólares. Es decir… compramos más mercancías de las que pudimos vender al mundo, cuyo valor se acercó a 11 mil 500 mdd (millones de dólares).
Las cifras de las importaciones sumaron 505 mil 715 mdd y las exportaciones 494 mil 224 mdd.
Las exportaciones crecieron 18.5 por cierto respecto al año previo y las importaciones 32 por ciento.
Hay conceptos que nos pudieran satisfacer como el avance de nuestro país en la materia de exportación en productos del campo.
Datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (de aquí en adelante) señalan estimaciones de exportaciones de 2021 por 43 mil 570 mdd e importaciones por 35 mil 510 mdd.
México ha avanzado mucho en la exportación de productos del sector primario de la economía.
Entre 1994 y el 2021, las exportaciones hortofrutícolas crecieron 820 por ciento, el sector pecuario 896 por ciento; Granos y Oleaginosas, 1,908 por ciento y el sector agroindustrial, 488 por ciento.
Para el caso de las importaciones en el periodo crecieron 480 por ciento.
Los granos y oleaginosas subieron 518 por ciento; el sector pecuario, 386 por ciento; el ramo hortofrutícola, 306 y el sector agroindustrial 467 por ciento.
El 80 por ciento de los alimentos que importamos los traemos desde la Unión Americana.
En 2022 es posible que adquiramos alimentos por un total superior a 36 mil 580 millones de dólares.
Nadie se percata que mientras el consumo crece entre 2.5 y 3 por ciento anual, la producción de nuestros alimentos en promedio avanzan 0.5 por ciento.
De la Unión Americana hemos traído los granos y oleaginosas que nos permiten alimentarnos hasta el balance de nuestros requerimientos.
Hemos traído del exterior más de 18 millones de toneladas de maíz amarillo con una inversión de 5 mil millones de dólares.
En cuanto al volumen de nuestras necesidades del producto se ha crecido 12 por ciento y en valor ha aumentado 79 por ciento.
En cuanto al trigo hemos comprado fuera 5.4 millones de toneladas con una necesidad de pagar mil 623 millones de dólares.
El volumen de lo importado ha crecido 21 por ciento y en valor +56.8 por ciento.
Al menos en los rubros que anotamos, de poco ha servido el establecer precios de garantía porque ni quienes trabajan la tierra han mejorado sustancialmente su situación de pobreza, para quienes la padecen, ni la producción o productividad ha aumentado sustancialmente.
México sigue como estaba con los gobiernos neoliberales: dependiendo de las compras del exterior, porque no hemos sido capaces de satisfacer nuestras necesidades.
Ni antes ni ahora hemos marcado políticas que favorezcan la producción en la tierra mexicana y la mejoría a quienes atienden nuestra tierra.
Faltan tres años para relevar a este gobierno cuyos resultados no han sido mejores que los que obtuvieron los desprestigiados y corruptos mandos neoliberales.
Una pena y no ajena.