Cortinas de humo
Sin pies ni cabeza
El gobierno de México dejará de exportar petróleo en el año 2024 con el propósito de encaminar toda su producción de crudo hacia el sistema de refinación mexicano, en ese año, de 8 refinerías.
Lo que se quiere es conseguir la autosuficiencia energética.
Lo que parece un plan lógico e incluso plausible puede terminar como un propósito fallido en el que nos saldrá más caro el caldo que las albóndigas.
Van las dudas:
1.- La exportación de petróleo representa 4.88% de todas nuestras exportaciones, a pesar de lo cual en recursos desde enero al mes de noviembre del 2021 alcanzaban la cantidad de 21 mil 811 millones de dólares (mdd).
No es poco dinero para la administración.
¿Se renunciará a estos recursos o piensan obtener más con la venta en México de los petrolíferos que se venderán a particulares?
¿Con qué se van a compensar esos recursos de exportación si es que piensa hacerse?
De no considerarse el ingreso de esos recursos, el déficit de la balanza comercial en ese mes del año pasado habría superado ligeramente los 33 mil 892 mdd.
2.- La capacidad productiva de las refinerías no es la óptima. De hecho en la presente administración se recibió un SNR (Sistema Nacional de Refinación) con fuertes necesidades y una capacidad productiva de 32% que se ha elevado a casi 48%.
No es culpa de la presente administración, sino de varias administraciones federales anteriores, pero echarse a cuestas el reto implica llegar a más de 80 por ciento de capacidad productiva de las plantas refinadoras.
¿Se podrá?
En 2020 hasta el mes de noviembre, según datos disponibles, se habrán refinado 633 mil barriles diarios de petróleo cuando en el año 2013 se refinaban más de 1 millón 224 mil barriles por día.
Pero dejamos de invertir en las refinerías y comenzamos a retroceder en la tarea.
El director de Pemex ha hecho referencia a que en 2022 se invertirán 388 mil 630 millones de pesos (mdp), en 2023 de 372 mil 326 mdp y en 2024 de 355 mil mdp para rehabilitar a las plantas del Sistema de Refinación Mexicano.
¿Se tendrán esos recursos disponibles a pesar de la existencia de otras necesidades nacionales tan importantes como puede ser la salud y un sistema nacional que tiene fuertes requerimientos para poder ofrecer servicios de calidad a la población mexicana, para no hablar del sistema de educación que también tiene retos relevantes que atender?
3.- ¿Será el SNR capaz de ofrecer a la economía todo el combustible y los gases necesarios para ser autosuficientes?
Tan solo de gasolinas importamos entre enero y agosto de 2021 un total de 9 mil mdd y si agregamos tanto la importación de gas LP como de gas natural, tendríamos importaciones que demandan 20 mil 58 mdd entre enero y agosto del año pasado.
Esto permite pensar que en todo el año pasado la cifras de importaciones de estos componentes energéticos sería de 30 mil millones de dólares aproximadamente.
4.- Independientemente de la posibilidad de que las 8 refinerías produzcan los petrolíferos que el país necesita, habrá que pensar en aumentar la plataforma de producción petrolera y fortalecer las reservas del crudo que se han descuidado demasiado en pasados gobiernos.
Las reservas rondan los 8 mil millones de barriles (7,985 millones según energyandcommerce.com.mx.
Aumentarlas significativamente implica hacer inversiones muy fuertes que representarían una carga relevante en materia financiera para un gobierno que no da espacio a la alternativa de la asociación con particulares o que los privados tengan un papel en la producción de petróleo.
¿Cómo piensa atenderse este reto en las condiciones en las que el país se encuentra?
¿No tendrá que recurrirse a la importación de petróleo para que las refinerías puedan cumplir su parte?
La misión del Gobierno de México puede parecer lógica, pero da lugar a una serie importante de preguntas para las cuales no hay en este momento las respuestas lógicas o suficientes.
Vamos a pensar que el Gobierno sabe lo que hace y que el país puede completar el reto.
Fallar en la encomienda garantiza que para la nación se consiga un retiro del grado de inversión y ello es como caer en un profundo precipicio sin paracaídas con nosotros.