Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Un Presidente confía en que su país crecerá 5 por ciento durante el año en curso y los dos siguientes.
Quienes le creen ciegamente confían en que ello suceda.
De lograrse, tendrá que registrarse el logro como un milagro económico de talla mundial.
Se trata de México, usted lo sabe y por ello bien vale la pena pasar por el análisis, la indudable confianza desmedida y desbordante del titular del Poder Ejecutivo.
El problema no es que se quiera crecer un porcentaje que desde los años sesenta no lo obtiene el país.
En dos sexenios, el país obtuvo un promedio de crecimiento de 6.37%, con Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos y con Gustavo Díaz Ordaz fue de 6.23% el promedio durante el sexenio.
El problema es que el Presidente cree que eso se logra sin hacer nada, con la sola buena intención, con tan solo confiar.
Esa es la gran omisión del actual gobierno.
Nos ha demostrado un desprecio por el ejercicio de la rectoría económica.
Nos debe de quedar claro que el Presidente es el único que toma las decisiones en este gobierno.
Y como en semanas previas a la pandemia, en el 2020, durante ese año, el siguiente, y ahora en 2022 y como será en 2024, el Presidente no hará algo para que las cosas que procura, sucedan.
No hay política Económica.
¿Puede México crecer 5% anual?, ¿cuenta hoy con ese potencial?
Tiene capacidades para más pero como están dispuestas las cosas, como están organizadas las piezas, como está el tablero, es imposible que consiga ese porcentaje de crecimiento.
Pero de que se puede, se puede.
Hagamos un comparativo: en los años sesenta, México tenía un ingreso per cápita de 345.23 dólares.
Para 1999 alcanzó 6 mil 157.19 dólares, ocupando un ranking mundial de 75.
En 2019 llegó a 9,950.45 dólares y para 2020 se situó en 8 mil 329.27 dólares, según los datos del Banco Mundial.
China, en cambio pasó de 90 dólares en 1960 a 780, en 1999 ocupando un ranking mundial de 75.
Para 2019, su PIB per cápita estaba sobre los 10 mil 217 dólares y actualmente es la segunda economía mundial.
Corea en 1960 tenía un nivel de ingreso per cápita de 1 mil 27 dólares.
En 1999 ya ascendía 8 mil 490 dólares y llegó a tener un máximo de 31 mil 610.92 dólares en el año 2019.
Si Usted se percata, los avances de los países dejan claro que algo hicieron China, Corea y pudiéramos tener como ejemplo a más naciones que antes de los años 60 tenían un nivel de ingreso per cápita promedio inferior y muy inferior al de nuestra nación.
Larealidad es muy distinta. Nuestro PIB per cápita está muy por debajo de lo que esas naciones tienen.
El PIB per cápita de China entre 1960 y el 2019 (un año previo a la pandemia que afectó a todos los países) tuvo un crecimiento de 11 mil 252 por ciento.
Para Corea la diferencia es de 2 mil 977 por ciento y para México de 2,784 por ciento.
Si México lo hizo bien, China y Corea lo hicieron significativamente mejor.
China, por cierto, fincó su potencia exportadora a partir de copiar y mejorar el programa mexicano de Maquila de Exportación.
Pudo México sacarle mucho más promedio a ese esquema aprovechando una cercanía geográfica que tiene ventajas de costos y sobre todo esa proximidad que quedó clara como factor de diferenciación de proveeduría con la pandemia.
¿Por qué hicieron las cosas mejor que nosotros?porque tuvieron una visión, hicieron programas acordes con las metas de esa visión, una estrategia para conseguir su sueño y se mantuvieron en la idea de mejorar permanentemente sus programas para conseguir las metas que se propusieron.
No anduvieron jugando cada seis años cancelando programas, cambiándoles de nombre , cambiándoles de colores y “refundando” la República.
No fueron naves de vela con rumbos basados en lo que el viento determinara.
México sí puede crecer a ese ansiado 5 por ciento y más, pero tiene que contar con la visión del país al que aspiramos en 2050 y más, contar con un Plan Nacional de Desarrollo debidamente consensuado, una estrategia, compromisos específicos para contar con el concurso del capital nacional y extranjero a partir de las oportunidades de negocio que se abran para grandes capitales, medianos y pequeños.
Explotar inteligentemente las vocaciones de municipios, estados y regiones, respeto irrestricto del estado de Derecho, acuerdo nacional para combatir la criminalidad que carcome la estructura del tejido económico.
Se puede sí, claro pero no como las piezas están dispuestas.
Como hasta ahora, el actual gobierno garantiza un sitio como el que obtuvo los peores resultados económicos, al amparo de buenas intenciones con pésimas estrategias.
Este gobierno no alcanzará un promedio de crecimiento superior al 0.60 por ciento anual, aunque esta afirmación irrite a todos aquellos que para defender a su mesías lo único que tienen como argumento es la descalificación sin sustento y la mentada de madre.
Al tiempo.
No cambiamos no porque no se pueda cambiar sino porque no estamos dispuestos a hacer lo que hay que hacer para cambiar.
Mirar al pasado no es cambiar.