La Constitución de 1854 y la crisis de México
Nadie ofrece tanto, como el que no va a cumplir. Francisco de Quevedo, 1580-1645; escritor español,
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de abril de 2020.- Las manifestaciones de enojo, angustia y hasta terror se dan cotidianamente en los hospitales públicos en el país. No hay tapabocas, termómetros, guantes, batas, trajes aislantes, gel desinfectante, alcohol, camas de hospital, ventiladores, cámaras plásticas de aislamiento. Bueno, lo peor: no les pagan los salarios a tiempo.
Son héroes anónimos. Están en las salas de emergencia, en las zonas de aislamiento, en las recepciones, en los pasillos, en la limpieza. Lo mínimo que debe darles el gobierno es el insumo suficiente para protegerlos de un contagio. Muchos médicos que ejercen la profesión en lo privado se enlistaron para atender a los enfermos en los hospitales públicos. Algunos de ellos ponen de su dinero para comprar algunos insumos, que nuestro Gobierno tiene la obligación de adquirir y proporcionar.
La política cuentachiles de los administradores públicos, que guardan el dinero para las campañas electorales, ahoga un sistema de salud mexicano. Incompetencia ante una pandemia de alcances apocalípticos. No se exagera. Decenas de miles de muertos que se proyectan en México, no es “un asunto pasajero”. Las secuelas se verán por muchos años. En países con altos índices de pobreza como México, podrá durar décadas. Si no se actúa con responsabilidad social y humanismo, veremos un país que puede retroceder cien años, con los estragos de una revolución clasista y la hambruna que duró más de un lustro.
No nos veamos en el espejo de principios del siglo pasado, donde los políticos destruyeron al país por sus luchas intestinas por el poder y dinero, con desastrosas consecuencias que hoy en día, sufrimos 130 millones de mexicano.
A los médicos, no sólo debemos darles reconocimientos y aplausos. Debemos darles los insumos necesarios para combatir esta pandemia. Ellos son nuestros soldados que están en primera línea en el combate contra el COVID-19 y los tenemos materialmente desnudos; sin uniformes, ni las mínimas protecciones y armas sanitarias y medicinales contra el poderoso virus.
No abandonemos a nuestros médicos, enfermeras y personal sanitario. Ellos no son los que con discursos combaten la pandemia. Ellos arriesgan sus vidas y la de sus familias por atender a los enfermos. No traicionemos a quienes salvarán vidas con presupuestos miserables.
Si la clase política en el poder, Morena concretamente, cree que con regalos en efectivo comprarán los votos, la pandemia destruirá con cada muerto las ambiciones de perpetuarse en el gobierno. Cualquiera prefiere que lo opere del corazón el mejor especialista, no un amigo que fue carnicero de rastro; aunque este sea de toda confianza y compañero de partido político
El coronavirus es un asunto de seguridad nacional. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como líder de la nación debe tener los mejores y más eficientes asesores; lo que cueste. Los libros de historia del futuro, con base en su eficiencia, será tratado como un héroe, o simplemente, como otros presidentes del pasado, sin una línea de mención. Los mejores científicos, operadores, organizadores logísticos, médicos, especialistas, deben estar en las filas del cuarto de guerra presidencial. Incluso, si de las filas de sus opositores hay capacidad, pues acudir a ellos. El país necesita la unión de todos. La arrogancia desde el poder no se debe permitir. ¡Unidos venceremos!
PODEROSOS CABALLEROS: El subsecretario de Salud y vocero en la pandemia, Hugo López-Gatell miente, miente cotidianamente. No pongo en duda su capacidad médica, pero sí su calidad moral al mentir sistemáticamente para ocultar la realidad del país. Primero, con los tapabocas dijo que no son necesarios.
Por sentido común, hay cubrebocas que frenan el paso de partículas microscópicas como el coronavirus. Hay que usarlas en las calles. Si bien no son milagrosas, son necesarias. Otra mentira es que no hay pruebas rápidas. Lástima que no le informen a él gobernadores como Adán López y otros de Morena, que se hicieron pruebas y dieron positivos.
Es más, Donald Trump, envió a todos los hospitales de Estados Unidos pruebas rápidas y 100% certeras. ¿Por qué miente López-Gatell? Para no recibir presiones en las adquisiciones de pruebas. Necesitamos cuando menos 120 millones de pruebas y el gobierno mexicano tiene menos de un millón. De ese tamaño es el problema del sistema de salud.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: Tras el escalamiento del COVID-19 en el mundo, la Cámara Suizo-Mexicana de Comercio e Industria, con el liderazgo de Christian Michel-Casulleras, difundió recomendaciones de sus 47 empresas afiliadas, para reducir la propagación de la pandemia.
Recomienda medidas preventivas, 10 acciones de las empresas suizas y observaciones de impacto legal en contratos y obligaciones, así como el impacto económico. La información está en www.swisscham.mx
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