Presentará Seculta 11 actividades artísticas en la Guelaguetza Ñuu Savi
En los siguientes días se ha de festejar el día del maestro en todo el territorio y hasta en el último rincón de México, como cada año y que bueno, es una oportunidad de reconocimiento a estos héroes y heroínas anónimos, que son nada más y nada menos los que educan de manera permanente contra viento y marea a nuestra comunidad de mexicanos en general.
Sea como sea (ante las vicisitudes y necesidades que aún existen) las clases impartidas y por venir, son bien pensadas para que no se pierda el aprendizaje, entendido como la forma en que se expresan conocimientos, se comparten y se analizan y retroalimentan de forma común entre educador y educandos. El rol que juega el profesor en el aula implica el uso de una metodología para hacer atractivo, para dejar certeza y total satisfacción, y en ello va la estrategia que el docente idealice, e implemente de manera concreta para lograr su fin último: que la educación sea de excelencia y entendida lo más sencillo posible, aunque con su método aplicado.
Si tenemos profesores de excelencia muy importantes son las competencias que definen las formas y técnicas a desarrollar a propuesta del educador para los educandos, en forma tal que sea atractiva para desarrollar habilidades sí directivas, pero también de liderazgo, talento e inteligencia emocional debido a que hoy día se requieren estas competencias en las organizaciones.
De la estructura e intencionalidad para plantear el qué y el cómo, en las formas existentes para la enseñanza, ha de considerarse que las competencias y aprendizajes existen la homogeneidad y heterogeneidad que ha de plantearse, en cada tema aderezado con ejemplos, técnicas y documentando con recursos didácticos, científicos y filosóficos, todos ellos de excelencia.
Es ahí donde la investigación, el perfil del educador, su propia practica laboral, su experiencia y su nivel de preparación académica como sus años de impartición de la materia que se trate es y juega un rol de importancia, porque es justamente donde se realiza la preparación profesional para ser un educador de excelencia y además (indispensable) es menester la templanza, paciencia y caridad hacia los educandos, pues nunca se ha dicho que sea fácil esta noble pero importantísima labor de educar.
La actualización y el diseño atractivo y recurrente en disímbolos temas teóricos, pero también prácticos, (sin menospreciar la ética y valores mismos) son y serán de relevante importancia, pues entendemos que el profesor debe recurrir ampliamente a la capacitación permanente para perfeccionar en la práctica y en la técnica tanto su propio aprendizaje como su competencia; derivando con ello su mejora continua y estrategia, metodología y complementariedad al impartir sus cursos de la mejor manera posible y con alto nivel de contenidos humanísticos.
Si ello sucede, será por lo tanto atractivo para el educando y por lo tanto retribuirá en el entorno de la retroalimentación de quien recibe la enseñanza y aprendizaje de manera por demás concreta, estructurada y congruente; no importa si ésta se imparte de manera virtual o presencial, o ambas. Con lo todo lo anterior se puede afirmar que las competencias y la excelente preparación previa del educador se fortalece la educación y proponer el objetivo al educando, por su parte el aprendizaje será de sumo valor pues es ahí donde
La calidad educativa en todo y siempre está a cargo del profesor, y es él quien pondera nuevas formas, métodos e incentivos para lograr con ello la recreación educativa y para fortalecer en los alumnos el interés por seguir ávidos de conocimientos y aprendizajes en un entorno favorable para potencializar en todas las áreas del saber; lo más importante que asoma como fin primordial y último en la educación: el desarrollo del talento humano en todas las áreas y ciencias, implicando por supuesto la antropología filosófica.