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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de Mayo.- Tristeza y angustia es lo que viven familiares de José Juan y Evelyn, la pareja que viajaba en el coche que quedó bajo los escombros de la estación del Metro Olivos, de la Línea 12, que colapsó la noche del pasado lunes y dejó como saldo 25 decesos y al menos 79 lesionados, muchos de ellos de gravedad.
En una humilde vivienda de la Colonia Los Olivos, en la alcaldía Tláhuac, los restos de José Juan eran velados; apenas una veintena de personas acompañaron a los deudos y dieron el pésame al señor Efraín, padre de El Chaco, como lo conocían sus familiares y amigos.
A través del cristal del ataúd de madera se veía el cuerpo de una de las víctimas mortales del accidente del Metro; alrededor, flores, coronas y velas cercaban la caja donde será sepultado José Juan; encima, una lata de cerveza, refresco y algo de comida para que lo acompañen en su viaje eterno.
A unos metros, familiares y amigos esperan a que su padre tenga un momento de calma para darles el pésame.
Con lágrimas en los ojos, el señor Efraín recordó cuando recibió la llamada aquella noche del lunes para notificarles que su hijo y su nuera, quienes viajaban en un automóvil con rumbo a su domicilio, habían sido víctimas del percance; parte de la estructura por donde corría el Metro les cayó encima.
Decenas de rescatistas trabajaron por largas horas para liberar a los lesionados y sacar los cadáveres del interior del convoy, pero fue hasta casi el amanecer del martes cuando por fin liberaron a José Juan de entre los fierros de su automóvil.
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