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Exige Congreso al Ejecutivo atender problemática del agua en Juchitán
CERRO DEL VIDRIO, Oax. 26 de junio de 2016.- Jóvenes embozados alertan a la gente. Comienzan a correr. Hombres armados, con machete en mano, corren. Señoras, vestidas a la usanza tradicional de la región, corren. Todos llegan a rodear una camioneta de transporte público y detienen el paso a los vehículos.
Es la media hora que los pobladores de San Miguel Panixtlahuaca permiten, cada dos horas, para que los vehículos transiten en su retén.
Pero detienen el paso. Una de las ocupantes de una camioneta de transporte turístico, proveniente de Puerto Escondido, tomó una fotografía del bloqueo.
¡Aquí no se permiten fotografías!, le explican los pobladores. Hay jóvenes embozados, hombres con machetes, todos se sienten agredidos por esta acción y corroboran que haya borrado las imágenes.
Les muestra su teléfono celular, condición para que continúe la marcha y los pobladores regresan a sus puestos.
Aquí son los pobladores quienes deciden qué sí y qué no se hace en este retén que lleva casi ocho días, en respaldo del magisterio oaxaqueño y para protestar en contra de la reforma educativa.
Se autodenominan Coordinadora de Padres de Familia de los Pueblos Originarios en Defensa de la Educación Pública y provienen de San Miguel Panixtlahuaca, un pueblo que se ha sumado a las protestas y eligió este crucero, por donde transitan turistas, peregrinos y gente de la zona.
En el sitio no hay presencia policial. Tampoco opera el módulo que alguna vez tuvo el Ejército.
“Aquí los pobladores imponen su ley”, señala una mujer que observa cómo se detienen los vehículos.
El acuerdo al que llegaron aquí es que ningún vehículo con rótulo oficial transite por la zona. Solo se les permite el paso, de manera intermitente, a los automóviles particulares y a las camionetas de servicio público. Ni siquiera los autobuses, en los primeros días, tenían autorizado el tránsito.
Sin embargo, ahora pueden hacerlo después de esperar su turno.
En el lugar, las niñas ofrecen sus productos, frutas y bolsas tejidas de palma, pero “se vende menos”, explica una de ellas, “porque la gente está enojada con el bloqueo”.
Este es uno de los pasos más transitados en Oaxaca, pese a ser una carretera estatal. Es el paso obligado de peregrinos que van al santuario de Juquila y una de las vías cortas para llegar a Puerto Escondido.
En el bloqueo hacen guardias de día y de noche, nadie sabe cuándo se van a quitar. La gasolinera que está a unos metros del crucero no funciona desde hace varios días, en que terminó la dotación de combustible. Hay algunos negocios, donde regularmente venden comida, que están cerrados.
Pero los inconformes en el bloqueo reciben la solidaridad de personas que acuden al lugar con agua, despensa e insumos que puedan servirles para mantener su protesta.
El Cerro del Vidrio es una localidad pequeña, la mayoría de las casas no tiene drenaje, no hay señal de telefonía celular y tampoco servicio de internet. Es la entrada a la región chatina de la Costa y desde hace días, está sitiada por este bloqueo, que se suma a otros puntos cerrados en la región.