Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de abril de 2020.- Frente a la renuncia, obligada, del doctor Manuel Ruíz de Chávez, director de la Comisión Nacional de Bioética, responsable de los protocolos para tratar a enfermos mayores de coronavirus, de ese volado para decidir si tenían derecho a un ventilador, el Presidente de la República hizo un comentario preocupante: “… los médicos, los científicos, tienen un código ético, no sólo en México, en el mundo, que no coincide necesariamente con el pensamiento de todos…”.
¿Cuál fue el error de la Comisión Nacional de Bioética, dar a conocer los lineamientos al público o no haberlos consensuado? Por su parte, el Rector de la UNAM, doctor Enrique Graue, se apresuró a descalificar lo ahí publicado.
En la otra pandemia, la del miedo generalizado, la de la politización vigente, quienes se atrevieron a cuestionar, a publicar lo que dice este documento, que la vida de un paciente debe decidirse por un volado, fueron, fuimos lapidados. Acusados de todo. Como si analizar un documento público, subido a Internet por sus autores, fuese un ataque al gobierno que encabeza López Obrador.
Lo que dice el documento, desaparecido, borrado de Internet, define la inmensa gravedad de la Pandemia. Y las previsiones éticas, médicas, esas que no compartimos muchos ciudadanos, de los científicos ante la falta de camas, de ventiladores, de insumos sanitarios para atender a los enfermos.
¿Estamos siendo informados de la terrorífica realidad? Porque Hugo López Gatell ha comenzado a jugar, a “informar” con números, gráficas, cuentas que muy pocos alcanzan a comprender. Y vamos de los pocos miles a los más de cincuenta mil, de tenemos todo bajo control a no sabemos qué nos espera, de ya vamos a salir a la calle a un mes más confinados.
Por su parte la señora Claudia Sheiunbam declara un número de enfermos que están intubados, grande, distinto a las cifras de Gatell, que hace pensar que la Ciudad de México está a punto del colapso sanitario.
Tal vez sea hora de regresar a que el Presidente sea quien informe, con claridad, sin gráficas, sin modelos matemáticos, sin tanto rollo, qué estamos viviendo, qué vamos a vivir en las próximas semanas.
¿Reculó la Comisión Nacional de Bioética? No sabemos si únicamente en el papel. López Obrador dijo en la Mañanera del viernes 17 de abril: “Es como cuando se tiene que decidir porque un familiar está en una situación ya insalvable y es si se continúa manteniéndolo así o los familiares toman la decisión de decir: ya ha sufrido mucho…”.
¿Somos los familiares, somos los insalvables, quién es quién de cara a la Pandemia y la Ética Médica?
Tenemos responsables del desastre del Sector Salud. Todos sabemos que no están en el gobierno que encabeza López Obrador. Ninguno queremos responsabilizar al Presidente de la República de lo que sucede o lo que puede suceder, al contrario, están haciendo esfuerzos infinitos para intentar solucionar las consecuencias de esta Pandemia.
Lo que sí queremos, podemos, exigir es que se nos diga la verdad. De forma clara. Asible. No con modelos matemáticos, no con inferencias, no con suposiciones. Con las mismas cifras, exactas que maneja la Jefa de Gobierno, tantos así, tantos de otra forma. ¿Por qué Gatell no hace simples sumas? Y coteja números de enfermos reales con camas, ventiladores, médicos. Para saber.
¿Los mayores somos, antes de enfermarnos, insalvables?
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