Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de enero de 2020.- La sociedad del confort se sintió horrorizada con el evento criminal en Torreón: un niño de 11 años disparó dos pistolas contra su maestra y compañeros y mató a cinco personas. Muy rápido encontraron culpables: los videojuegos, la guerra de Calderón y el abuelo que presuntamente tenía las dos armas en su casa sin los permisos correspondientes.
Las buenas conciencias se tranquilizaron; nunca se esperaba llegar a esta situación; y si los policías y sus perros revisan las mochilas de los niños tampoco se volverá a producir.
Y todos a darle vuelta a la hoja.
Pero no. No debiera. Lo de Torreón fue producto de una sociedad enferma, sin valores, de medios sin límites en la difusión de la información de seguridad, de las autoridades que fracasan en todo.
La ola de criminalidad comenzó en 1984, en 2006 el presidente Calderón declaró la guerra a los cárteles y les echó encima a las fuerzas armadas y en diciembre de 2018 el gobierno de López Obrador paró la persecución de criminales.
Y en estos 36 años no hubo ni una campaña, ni un spot, ni una propaganda que clamara a favor de los niños, de la educación. Y ahora que un niño de 11 años se disfraza de columbine –por la matanza en Columbine en 1999-, entonces la policía y sus perros de ataque formaron a todos los niños en las escuelas de Torreón y los perros olisquearon en busca de olor a pólvora y droga, mientras los policías Swat región 4 miraban con ojos de pocos amigos a los niños.
Y de nueva cuenta las autoridades educativas se entristecieron, se dijeron sorprendidas porque nuestros niños eran excepcionales y no iban a caer en la apología de la violencia que se ve a diario en medio, que todos estaban alejados de la violencia. Y tampoco anunciaron ningún programa de educación de emergencia, de explicación de la realidad, de repudio a las armas y a las drogas.
Y todos miraron hacia otro lado, el lado bueno de la vida, mientras esos mismos medios nos ilustran con los niños halconcitos que trabajan para los cárteles, con los niños sicarios que matan y roban, con los niños que esconden a extorsionadores, y todo porque los menores no pueden ir a la cárcel.
Y pocos cruzan información: ¿un niño asesino de su maestra y cuatro compañeros? Cómo es posible que ello ocurra en informaciones de seguridad que hablan de un pozolero que disolvió a 300 delincuentes en ácido, a los que masacran a personas inocentes, a los que incineraron 43 estudiantes en un tiradero de basura de Cocula, a los que secuestraron, torturaron y asesinaron a 76 migrantes en 2010 y los enterraron dentro de un autobús, a los responsables de 60 mil desaparecidos y a las miles y miles de víctimas directas y colaterales de la inseguridad que pagan las factura del gobierno y de los cárteles.
Torreón es parte de la crisis de la sociedad metida en una guerra de pandillas y policías que nadie puede ganar y que el gobierno no puede resolver porque carece de fuerza. Pero Torreón podría ser –aunque es seguro que no lo será– el camino para construir un programa social de cohesión entre los ciudadanos para repudiar la violencia y pata exigirle al gobierno que resuelva ya el problema de inseguridad.
Ley de la Omertá
El arresto del ex jefe de seguridad Genaro García Luna en EU ha vuelto a poner en el centro del interés los libros que cuentan la historia de Joaquín El Chapo Guzmán Loera. De entre todos hemos seleccionado cinco:
1.- El juicio. Crónica de la caída de El Chapo (Editorial Grijalbo), de J. Jesús Esquivel, quien informó todo el proceso de juicio como corresponsal de la revista Proceso. El libro incluye una entrevista con Emma Coronel, esposa del jefe del Cártel del Pacífico.
2.- El Chapo Guzmán. El juicio del siglo (Editorial Aguilar), de Alejandra Ibarra Chaoul, crónica del juicio con apuntes personales sobre la información. La percepción de la autora le resta seriedad al juicio porque no aportó elementos reveladores sobre las relaciones del poder de los cárteles en México, aunque sí registra las denuncias de los testigos protegidos contra García Luna, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
3.- El imperio de El Chapo (Editorial Temas de Hoy), de Rafael Rodríguez Castañeda, director de la revista Proceso cuenta la historia de uno de los narcos más emblemáticos de finales del siglo 20 y los dos primeros del siglo XXI. El autor narra la forma y la furia que usó El Chapo para construir una estructura de poder que lo llevó a la lista de Forbes de los hombres más ricos del mundo,
4.- El Chapo: entrega y traición (Editorial de bolsillo), de José Reveles cuenta la segunda captura del líder de narcos después de su escape de la prisión de Puente Grande, en Jalisco. Y habla de traiciones y luchas por el poder.
5.- La segunda fuga del Chapo. Crónica de un desastre (Grijalbo), de Raymundo Riva Palacio cuenta los entretelones de la tercera espectacular fuga de El Chapo a través de un túnel, mientras las nuevas autoridades de seguridad ahora en Gobernación hacían el ridículo.
Zona Zero
• La crisis de seguridad en Torreón ha derivado en culpar de todo el suceso al abuelo que tenía en su casa dos armas supuestamente sin registro legal. Pero el problema es mayor, inclusive, a los videojuegos. La información de exaltación de grupos delictivos domina los medios. Desde que comenzó la estrategia de seguridad en diciembre de 2006 no ha habido ninguna campaña a favor de los niños, contra las drogas y de denuncia de grupos criminales.
• El Cártel Jalisco Nueva Generación está en el centro del interés de EU y están preparando operativos contra las células de ese grupo que operan con impunidad en EU. Lo que quiere la Casa Blanca es que continúe el flujo de droga, pero que los cárteles no se conviertan en grupos contrarios a EU y sobre todo que no pacten con los terroristas yihadistas del Medio Oriente.
El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh