
La vocación de San Mateo
Para Contar
El senador Gerardo Fernández Noroña es personaje controvertido como pocos en la política nacional, lo mismo hay quienes lo odian como quienes lo aman y lo ven compitiendo por la presidencia en 2030.
Lo sigue mucha gente, de eso no hay duda, lo ha demostrado. De otra manera no se explicaría que hubiera obtenido el tercer lugar en el proceso interno de Morena para definir quién sería candidato o candidata presidencial. Su porcentaje fue superior al de Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal.
No hay que olvidar que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador se tardó en mencionarlo en las conferencias mañaneras en su lista de aspirantes. Lo hizo hasta después que Noroña se quejó de la exclusión.
Noroña ha sido sorpresa para algunos de la élite morenista, no para quienes, los de abajo, sobre todo, el pueblo como le gusta decir al legislador, siempre han estado convencidos de sus capacidades, de su activismo, experiencia, estudios y convocatoria.
Está convertido en “animal político”, experto polemista, capaz de enfrentar cara a cara a sus detractores. Tiene ganado el respeto de la oposición. Ha sabido mantener a raya a lo que llama PRIAN. Para nada fue casual su elección, prácticamente por unanimidad, como presidente de la mesa directiva del Senado.
La única que voto en su contra fue la panista Lilly Téllez.
En entrevista para este espacio, el senador Fernández Noroña habló de su relación con los poderes Ejecutivo y Judicial, con la presidenta Claudia Sheinbaum y la ministra Norma Piña.
También de su actuación en la presidencia de la mesa directiva del Senado.
Aquí vamos a reproducir puntos relevantes y de manera textual algunas preguntas y respuestas:
-Sí, Claro. Cómo no voy a aceptar si me invita al gabinete. Además, a una presidenta
no se le dice que no, a algo que te planteé.