La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de octubre de 2017.- La sonrisa ya no reina en el campamento de Andrés Manuel López.
Hay razones:
Los números de las encuestas caen y las preocupaciones aparecen.
El partido del cual es dueño el tabasqueño, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha perdido dinámica como marca y se le acerca peligrosamente el autodenominado Frente Ciudadano por México (FCM).
Este panorama fue advertido inicialmente en la Ciudad de México, donde Claudia Sheinbaum se derrumba a raíz de los sismos y su desafortunada actuación en los derrumbes registrados en Xochimilco.
Con ese escenario irá López a su encuentro con Ricardo Monreal, a quien alentó en febrero a luchar por la capital y luego le dio el golpe bajo al colocarlo con escasas preferencias.
Atrás de Sheinbaum y Martí Batres, aunque algunos reportes lo ubican abajo de Mario Delgado en ese sondeo secreto dirigido por el júnior Andrés Manuel López Beltrán, Andy.
Y como Andy no puede guiar las encuestas formales, a Morena y a su padre les urgen golpes mediáticos para recuperar los nueve puntos perdidos y mantener su proyección de grupo puntero hacia las elecciones del 2018.
Pero nueve puntos de caída, según la media estadística, son muchos puntos.
Morena y Frente deciden sin consultas
Cada uno, Andrés Manuel López y Ricardo Monreal, tiene su estrategia.
El de Macuspana organiza para el 20 de noviembre un acto masivo en el Monumento a la Revolución para anunciar su programa de gobierno y empezar su deseado repunte hacia Palacio Nacional.
Luego, el 15 de diciembre, presentará la lista de prospectos para su gabinete.
Monreal, por su parte, debe considerar varios aspectos.
El primero: si se queda con El Peje, no será candidato a jefe de Gobierno y habrá fallado en su “único objetivo”, como lo ha definido.
Pero si se tarda, el Frente tendrá pretextos para culminar lo previsible: la candidatura presidencial será para Ricardo Anaya porque se siente el predestinado, y Alejandra Barrales para la ciudad.
Y aquí surge otro escollo: todas las tribus perredistas lo quieren, pero ella se resiste a declinar.
Van avanzados uno y otro bando sin asomarse a la sociedad, como confirman sus proyecciones: López ya optó por Martí Batres al Senado con la certidumbre de ser coordinador de la bancada.
Y enfrente Anaya y Barrales también ya tienen su fórmula mediante el sistema de cuotas: Héctor Serrano por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Jorge Romero por Acción Nacional (PAN). Dicho de otra forma: si no cierra negociaciones pronto, no sería imposible ver a Monreal en un trienio sabático… y sería una lástima perder a un político profesional cuando el país tanto los necesita.
Repatriación sin presión a instituciones
1.- la repatriación de mexicanos no ha sido tan alta, ni siquiera significativa, como se temían en la era Trump.
Por ello la demanda de servicios médicos, educativos, etcétera, no ha presionado y menos colapsado las instituciones, aseguró subsecretario de Salud, Pablo Kuri.
Pero permitió, dijo a su vez el cónsul en San Bernardino, Salomón Rosas, reforzar la atención de migrantes a través de toda la red diplomática mexicana en Estados Unidos.
Y 2.- una voz clama en el desierto en consonancia con lo dicho arriba.
Rafael Moreno Valle insistió ayer sobre el riesgo del Frente de perder la Presidencia si se insiste en la imposición de candidatos, como están empeñados los dirigentes pan-perredista Ricardo Anaya y Alejandra Barrales.
Cada día hablarán más fuerte él, Miguel Mancera y Silvano Aureoles para exigir un proceso interno abierto, con aspirantes militantes de partidos y ciudadanos de prestigio.