Economía en sentido contrario: Banamex
OAXACA, Oax., 27 de diciembre de 2017.- Aquí en la mesa donde muchas veces compartiste y donde estoy seguro tu bondad se desbordaba, escribo esto.
Rodeado de gente que corre, que ayuda, gente que en los últimos días tenía el rostro descompuesto, hoy atareados, evidencian el amor que te tienen, porque ahora se les ve apurados pero valientes, poniendo en práctica las enseñanzas que les legaste, valor para luchar, amor por todo lo que es vida.
Amor por esas barbas que siempre tenían una voz de esperanza.
Por morbo más que por curiosidad leí la nota periodística de la homilía navideña en catedral, seguí con interés las notas posteriores a la visita del vocero de la Diócesis a tu parroquia, visita en la que el pueblo a su manera, les pidió fueran respetuosos de ti, luego vino la indecente aclaración de que habrían ido a visitarte para ayudarte, ¡valientes! De ellos para que ocuparnos si sus actos alejan a la feligresía que a ti te reconoce.
¡Tu parroquia, llena!, tus amigos presentes, en el Zócalo de la capital se anuncian arengas por el padre APO porque te vas, tu predicción se materializó: ‘solo muerto me sacan de aquí’, así como eres pienso que decidiste dejárselas para que la echen a perder y, desde donde tú hoy estas, cuides de todos, hasta de ellos.
¡Sentado aquí recuerdo las caras de la gente cuando les decíamos que eres mi papá! Las caras cuando nos veíamos, y a la palabra ‘papá’ correspondías con un sincero: ¡hijo!
Te vas a donde nos duele pero, vas a donde nadie quiere ir, hasta te vamos a llevar al panteón, para que allí te quedes. Diría Xavier Velasco: Eres un canalla, dijiste en octubre cuando te visité, te vas pero te haré volver, te contesté que no jugarás pero fuiste igual de fiel a tu propio ser.
En la razón de tu partida la fuerza de tu gran corazón, sigue cuidando de la parroquia viva que sembrarse por donde fuiste. Buen viaje.