Economía en sentido contrario: Banamex
POLITICA Y FICCIÓN (I)
Los conflictos de poder, como las desgracias nunca llegan solas -dicen los sabios de la política-, porque van acompañadas de las más ocultas debilidades humanas, que suelen verse como virtudes, y más, cuando nadie impide sus excesos.
Eso le sucedió a un presidente municipal de Oaxaca en su primer año de gobierno.
Resulta que una fracción del círculo rojo, aquel grupo de personas que tenían la mayor -que no la mejor-, confianza del edil, comenzó a quejarse de sus excesos:
Si antes atendía en su oficina de palacio de gobierno desde las seis de la mañana, once meses después despachaba desde restaurantes y hoteles; si antes convocaba a reuniones de Cabildo, una vez por semana, diez meses después no había realizado ninguna; y si antes encabezaba las reuniones de gabinete, seis meses después las presidían su secretaria particular o el Coordinador de Directores de la presidencia municipal.
Pero, la gota que desafió al munícipe no fue la que derramó el vaso, si no la que salió de sus amigos de la infancia y adolescencia que 10 años antes lo acompañaron, desde los incipientes inicios del “proyecto político” hasta la toma del poder y del presupuesto.
-Deberíamos hablar con el Presi para que nos diga cuál es rumbo que vamos a tomar porque cada quien hace lo que quiere y esto cada vez se sale de control- soltó con amargura el Director de Control de Daños.
-¿Y tú no lo sabes? Y eso que eres de los que está más cerca de él – reprochó el Director de Asuntos Sin Importancia.
-Momento señores -mesuro el Director de Saliva, Tinta y Papel-, antes de reunirnos con el Presi ¿me pueden decir cuáles son los temas que vamos a tratar? Porque yo veo que esto está hecho un desmadre, que ya hay muchos proveedores exigiendo sus pagos o que mínimo nos diga nos hacia donde vamos para saber a qué atenerse.
-Sí, eso. Hay que preguntarle cuál es el proyecto político- reafirmó el Director de Asuntos Sin Importancia.
Y así quedó el acuerdo. Uno buscaba la fecha, hora, lugar y otro sería el responsable de convocar a los inconformes.
Una semana después, el grupo de tres directores y su coordinador, se encontraron en la oficina del Presi.
Una risa por ahí, otra por allá y nadie entraba en materia hasta que el Coordinador de Directores abrió plaza con una de sus tantas mañas.
–Presi, aquí los directores comentan que tienen tiempo que no platican contigo porque no han tenido la oportunidad de verte y quieren plantearte algunos temas de sus áreas.
Y el Presi, un joven profesionista treintañero, escuchó a su coordinador y amigo de la infancia. Lo miró con unos ojos de “deja de grillarme” y dijo:
-Para qué me quieren si todos ustedes tienen la libertad de decidir lo mejor para el municipio. Ustedes son los especialistas. Y si necesitan algo pídanselo al Coordinador o al que Director de Cuentas por Pagar.
–Presi, pero siempre hay necesidad de hablar algunos temas contigo- dijo el Director de Asuntos Sin Importancia.
-Ahora que si quieren verme -resorteó el Presi- aquí estoy desde las seis de la mañana hasta las 10. Ustedes llegan a trabajar a las 11 de la mañana y a esa hora estoy en reuniones.
Y volteó a ver a su Director de Saliva, Tinta y Papel para dispararle a bocajarro una pregunta.
-¿Y tú qué chingaos quieres?
– Pues yo lo único que quiero saber es cuál es el proyecto político que tienes para poder entender lo que pasa -respondió de botepronto.
-Pues eso tú lo sabes. Tú eres el Director de Saliva, Papel y Tinta, ¡no chingues! – dijo el Presi mientras le daba la espalda. Y se hizo silencio en la sala.
-Bueno, siendo así Presidente – respondió encabronado el funcionario- pues ¡ya nos llevó la chingada!
Y como presagio, cinco meses después, el Congreso del Estado lo desconoció como presidente municipal del pueblo por un presunto desfalco financiero y la mayoría, por no decir, casi todos se quedaron sin empleo.
Por eso dicen los viejos dinosaurios de la políticaque las desgracias no llegan solas porque siempre van acompañadas de otras desgracias.