Economía en sentido contrario: Banamex
La presidenta de la república inició su gestión dando la orden al secretario de la Defensa Nacional “de hacer todas las gestiones para elevar el salario a las fuerzas armadas”.
Y en su mensaje inicial como titular de dicha secretaria el General Ricardo Trevilla Trejo a las fuerzas armadas lo destapó a pulmón abierto.
Esta orden tendría lógica para mejorar la situación de las familias de los militares si la moneda nacional alcanzara para satisfacer las necesidades básicas de la población.
Sin embargo, no hay mayor ilusión que traer montones de billetes en la bolsa, pero cuando se cruza con la realidad vemos que por más pesos que se sumen al salario, éste, no alcanza para completar los gastos de la semana o la quincena.
Me recuerdo, a propósito de dicha situación, un adagio que solía citar la maestra Baltazar Segura al calor de pláticas sobre una causa penal allá en los años de finales de los años noventa del siglo pasado, que ella “no era desconfiada, pero las conductas de algunas personas le provocaban malos pensamientos”.
Aquí aplicada dicha enseñanza, es de confrontarse con la orden para incrementar el salario a la milicia.
Si bien en el país el salario mínimo se ha incrementado casi tres veces en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto, el trabajo informal es, desde la economía alternativa, la que sostiene a nuestro país, y con ello el 55% de la población carece de prestaciones básicas, como días de descanso, atención a la salud y vivienda.
Esa misma población se agota sus montones de billetes en comida y trasporte en lo que gasta más de lo que gana en promedio al día.
Solo haga cuentas de los costos de huevos, café, leche, pan, tortillas, frijol, sal, aceite, pasaje, gas y luz a ver si trescientos pesos al día le resuelven los costos de esos gastos.
Por lo tanto si las condiciones de producto interno bruto, estabilización de nuestra moneda, educación, certeza jurídica entre otras, además de condiciones de competitividad no son generadas en nuestro país, el incremento al salario no es más que una zanahoria para coptar a la masa que integran las familias del fortalecido ejército nacional.