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OAXACA, Oax., 5 de mayo de 2018.- Zega-Cola es una bebida elaborada por manos oaxaqueñas que poco a poco va ganándose un espacio en la preferencia de los consumidores, desplazando a las grandes empresas refresqueras.
El refresco oaxaqueño, a diferencia de bebidas de empresas internacionales como la Coca Cola, está elaborado con productos naturales y sin conservadores, y fue concebido por medio de un taller comunitario en la comunidad de Santa Ana Zegache, de donde tomó su nombre.
El taller comunitario fue impartido en 2015 por un colectivo europeo en la localidad de Zegache, municipio perteneciente al distrito de Ocotlán, al sur de los valles centrales, Oaxaca.
Allí, el señor Antonio Ambrosio, su esposa Eufemia Cruz, su hija Josefina y su hermana Magdalena Ambrosio aprendieron a preparar la bebida y la adoptaron como un proyecto familiar.
Aplicando los conocimientos adquiridos en el taller, bautizaron a su refresco como Zega-Cola, para representar a su comunidad de Zegache, que en zapoteco quiere decir “Lugar de los siete mogotes”.
“El objetivo es dar a conocer la Zega-Cola, que las personas lo prueben, puedan adquirirla, ofrecerla como una opción de bebida natural y posicionarla dentro de la preferencia del consumidor. Esto ayudará a generar más empleos y que se convierta en un negocio comunitario en su elaboración, para poder distribuirla en más lugares” expresó Antonio Ambrosio Salvador, productor de la bebida artesanal.
En entrevista, Antonio explicó que el proceso para elaborar el concentrado y jarabe del refresco conlleva 2 horas aproximadamente por cada botella, pues hay que mezclar los aceites naturales de naranja, lima, limón, nuez moscada, canela, cilandro y lavanda, así como los polvos de goma arábica instantánea, caramelo, ácido cítrico, cafeína y agua.
Distribución y aceptación en Oaxaca
La familia Ambrosio comenzó a vender los jarabes en la Plaza del Pañuelito, ubicada en la calle 5 de Mayo en la Ciudad de Oaxaca.
En ese lugar, el propietario del restaurante oaxaqueño Los Danzantes, Jaime Muñoz Mendoza, conoció la Zega Cola y comenzó a ofrecerla a sus clientes desde el pasado primero de marzo, como una opción de bebida natural y obteniendo respuestas positivas y gran demanda del producto.
En el restaurante ubicado en la calle Macedonio Alcalá, en el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, los comensales pueden degustar el refresco artesanal, que se sirve de manera tradicional.
El proceso de preparación del refresco, al momento de servirlo, consiste en agregar hielos en un vaso, el jarabe de la Zega-Cola y agua mineral; la mezcla se disuelve y está lista para ofrecérsela a los comensales en un vaso o copa de vidrio, a un precio accesible de 25 pesos.
El propietario del restaurante Los Danzantes, señaló que ofrecer una bebida laborada por manos oaxaqueñas contribuye a enaltecer la artesanía nacional y a cuidar la salud, debido a la ausencia de conservadores.
“Apoyar e impulsar los productos locales y naturales como la bebida Zega-Cola es una de las prioridades del restaurante Los Danzantes, que ayudará a enaltecer las raíces mexicanas y cuidar la salud de los comensales”, dijo Jaime Muñoz.
Indicó que ha sido un gran paso eliminar todo aquello que perjudique a la salud y sustituirlo por un producto local y natural para “apoyar a las familias productoras, la salud de los comensales e impulsar las marcas y productos con menor impacto ambiental”.
Bebida a la altura de marcas internacionales
El productor Antonio Ambrosio indicó que esta bebida artesanal se elabora tanto en Oaxaca, donde es conocida como Zega-Cola, como en Inglaterra, donde se llama Cube Cola.
Detalló que, actualmente, el proceso de elaboración del jarabe no es un proceso muy redituable, debido a que el precio de los aceites y polvos para elaborarlo es elevado porque tienen que ser importados desde Europa; no obstante, la familia Ambrosio lo elabora con gusto.
La Zega-Cola es distribuida en su presentación de botella de vidrio de 250 y 500 mililitros, que rinden para dos y cuatro litros de refresco gaseoso, respectivamente.
Embotellado, el producto tiene un estimado de caducidad de 6 meses a 1 año.
Hoy en día, la Zega-Cola se pude adquirir en la Plaza del Pañuelito, directamente en el taller familiar en Zegache, o degustarlo en el restaurante Los Danzantes, donde se ha posicionado dentro de la preferencia del consumidor por su sabor natural y único al paladar.