Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax., 31 de diciembre de 2016.- El Zócalo de la ciudad de Oaxaca luce su esplendor, a medias, en días recientes. La disminución del plantón han permitido a familias disfrutar de este espacio, ocupado durante años por maestros y vendedores ambulantes. Sin embargo, la belleza es superficial.
El Zócalo y la Alameda de León se han convertido también en un refugio para indigentes y personas en situación de calle, o quienes piden limosna. En mayo de este 2016, integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) instalaron su plantón permanente y con ellos llegaron ambulantes, prostitutas y ladronzuelos, amparados en el anonimato que dan las casas de campaña y tenderetes.
Los comerciantes ambulantes, quienes han sido retirados del Zócalo de Oaxaca, se han mantenido en calles aledañas al Centro Histórico, invadiendo prácticamente todo el contorno del Palacio de Gobierno. Los indigentes también aumentaron su presencia al Zócalo, donde pernoctan y realizan sus actividades, entre ellas pedir limosna en las cercanías de los restaurantes y tiendas. En algunos casos, llevan a sus hijos para pedir ayuda a los transeúntes.
Actualmente, hay tres plantones en el Zócalo, el de presuntos maestros de la Sección 22 y dos más de personas que se identificaron como agrupaciones sociales de indígenas triquis. La conglomeración de gente ha ocasionado malos olores debido a la cantidad de basura que generan. El Centro Histórico, en el que se incluye el Zócalo de Oaxaca, fue decretado como Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1987.