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Oaxaca, Oax. 19 de julio de 2013 (Quadratín).- Edilberto Regalado, tenor oaxaqueño radicado en Alemania, canta en italiano, francés, alemán, inglés, español, zapoteco, mixteco y náhuatl. Es una ventaja ser indígena o mestizo; hablar zapoteco me ayudó a asimilar fácilmente la fonética de otras lenguas, afirma el artista quien se presenta el próximo lunes en la Plaza de la Danza.
Originario de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, el cantante quien radica permanentemente en Alemania, regresa a México cada año a ofrecer varios conciertos, sobre todo a invitación de instituciones indigenistas.
Con gran sencillez, alegría y un alto sentido de pertenencia a la cultura zapoteca, Edilberto regalado habla en entrevista de lo que representó para él incursionar en el bel canto en escenarios de Nueva York, Alemania, España e Italia, entre otros países. Él, un hombre que confiesa que en su temprana juventud, allá en Juchitán, deseaba cantar como José Luis Perales, Camilo Sesto o Luis Miguel, y ser famoso como Plácido Domingo.
-¿Cómo fue que llegó y se quedó en Alemania?
-Todos los cantantes de ópera podríamos pensar que en México no hay mucho trabajo, pues al año sólo se montan cuatro o cinco óperas en el Palacio de Bellas Artes, lo que significan 20 o 25 funciones al año. Cuando un cantante de ópera quiere hacer carrera, quiere estar parado en el escenario diario, o casi diario, tiene que salir del país. En Alemania, cuando yo me fui, tenía como 130 teatros, en cada región hay un teatro, cada teatro con cuerpo de ballet, cuerpo de teatro, de música, ópera y conciertos sinfónicos. Ahí, entonces, los tenores tenemos más oportunidades de estar en el escenario.
-¿Cómo son vistos los tenores latinos, mexicanos, en Alemania, la gran cuna de la música de concierto?
-Bueno, claro antes de llegar a Alemania le di la vuelta al mundo. Estuve primero en Nueva York, pero en Alemania tenemos más entrada los mexicanos por qué tenemos una voz romántica, no somos fríos, representamos los papeles de jóvenes enamorados. Entonces los alemanes encuentran un tenor juchiteco, por supuesto con gran romanticismo, y ahí me quedo.
-¿Y, qué tal la competencia?
-Claro que hay competencia pero nos vamos perfilando y nos van seleccionado, al que tiene mejor voz, al que está muy bien en la actuación, la presencia corporal y presencia vocal cuentan mucho también. A tu amigo Edilberto desde que salió a Nueva York lo catalogaron como una voz internacional, y he tenido oportunidades en varios países afortunadamente.
-¿Qué le aporta a su formación artística vivir y trabajar en Alemania?
-Los alemanes son gente muy tenaz. Todos los días con las notas. Yo me decía qué aburrido, pero así debe ser, de esto va a salir algo muy bueno. Y así fue. Para llevar a escena una ópera en Alemania tardamos dos meses de ensayos, luego un mes con la orquesta, y al final 15 días ya el montaje en el escenario.
-¿Y cómo se siente cuando vuelve a México, cómo lo tratan?
-Yo paso ocho meses en Alemania en promedio y vengo a cantar a México porque me invitan, sobre todo instituciones indigenistas. En el terreno de la ópera nos respetan de cierta forma, no en balde tenemos como 40 roles principales de ópera en nuestro repertorio.
-¿En cuántos idiomas canta?
– Canto en italiano, francés, alemán, zapoteco, mixteco, náhuatl
el inglés no me interesa mucho pero sí canto zarzuela en inglés y en español. Hablar zapoteco y español al mismo tiempo me ha servido mucho para aprender otros idiomas, asimila uno más rápido otras fonéticas. Para aprender la Canción mixteca, en mixteco, por ejemplo, digo, yo no sé mixteco, estuve checando un código internacional de fonética y me fue más fácil dominar la letra. Por eso yo les digo a mis paisanos que deben aprovechar su lengua, porque les va a favorecer en vez de perjudicarlos. Que no les de pena hablar zapoteco. Yo digo, si tienes una lengua indígena no te apendejes, vale oro.
-¿Cómo se definió por la ópera? ¿Hay músicos en su familia?
-Canto porque así recuerdo a mi padre que me cantaba cuando yo era un niño. Mi padre murió cuando yo tenía once años. Después me dio por cantar a mí. Primero yo quería ser cancionero, quería cantar como José Luis Perales, como Camilo Sesto y mi máximo era Luis Miguel. Pero… ¿cómo salir de las faldas de mi mamá? Un día me decidí y me fui a Nueva York. Mi mamá trabajaba y me enviaba dinero para que yo estudiara y yo aprendí a cuidar ese dinero y me decidí a ser cantante de ópera.
-¿Dicen que los cantantes de ópera son unos divos pero yo lo veo de lo más sencillo?
-Ja ja ja. Eso dicen, pero en realidad hay que trabajar mucho. Uno se dedica de tiempo completo a esta profesión. Ahí está uno todos los días con la vocalización, hasta llega un momento en que uno se aburre de estar con lo mismo. Pero así es. El canto exige una férrea disciplina, por eso nos apartamos un poco del mundo. Pero yo soy muy feliz, siempre ando muy contento, no sé si soy muy bueno, pero sé que hago lo que quiero y lo disfruto.
-¿Cómo se prepara para un concierto?
-El día del concierto no hago nada. Duermo mucho. Descanso.
El tenor Edilberto Regalado se presenta este lunes 22 a las 20:00 horas en la Plaza de la Danza, acompañado de la Orquesta Primavera de Oaxaca bajo la dirección del maestro Javier Hernández.
Bajo el título La magia de la música oaxaqueña, el concierto incluye canciones de Álvaro Carrillo, Máximo Ramón Ortiz, Eustaquio Jiménez, Chuy Rasgado y Samuel Mondragón, entre otros. Acceso libre.