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Oaxaca, Oax. 12 de julio de 2013 (Quadratín).- Ante el aumento de intoxicaciones alimentarias por la ingesta de hongos silvestres que comienzan a poblar suelos oaxaqueños durante la actual temporada de lluvias, la delegación en Oaxaca del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aconseja a la población que desconoce la clasificación de estos especímenes evitar su consumo o, en su defecto, consultar a un experto antes de consumirlos.
De acuerdo con el médico especialista en epidemiología, Miguel Ángel Altuzar Figueroa, entre los principales factores predisponentes a un mayor riesgo de enfermar o morir por esta causa se encuentra el desconocimiento de la población sobre el tipo de hongos que son comestibles y los que pueden provocar trastornos gástricos al resultar venenosos.
En el supuesto caso de una intoxicación, explica el médico especialista en epidemiología, la sintomatología depende del género y especie del hongo, de la cantidad que se haya ingerido, de la edad y características propias del paciente. Las medidas recomendadas en el manejo de estos enfermos precisan de una valoración clínica detenida y de la obtención de información de los aspectos epidemiológicos, socioculturales y las costumbres regionales.
Sin embargo, destacó que el cuadro clínico de intoxicación alimentaria por hongos se caracteriza por dolor abdominal tipo cólico, vómito, diarrea, deshidratación y dolor de cabeza; los cuales son provocados por sustancias como las amatoxinas, cortinarinas, ácido iboténico y muscimol, que en casos graves pueden llegar a producir la muerte.
Es por ello que el Seguro Social implementa acciones de vigilancia epidemiológica en todas las poblaciones que se encuentran bajo su supervisión y define a un caso probable de intoxicación, como: toda aquella persona que haya ingerido hongos silvestres y que presente dos o más de los síntomas anteriormente mencionados dentro de un periodo considerado como incubación -entre cinco minutos y hasta 72 horas después del consumo- así como complicaciones graves: manifestaciones hemorrágicas, insuficiencia hepática o renal y signos neurológicos.
Cabe destacar que según los expertos existen muchas más especies tóxicas y no comestibles, que aquellas aptas para el placer gastronómico. Debido a que no existe ninguna regla general válida para diferenciar las especies comestibles de las venenosas -ya que la única forma es conocerlos y reconocerlos-, toda especie no conocida debe ser considerada no comestible, hasta identificarla y probar lo contrario.