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Oaxaca, Oax. 04 de marzo de 2013 (Quadratín).- La crisis de la deuda de entidades federativas y municipios, se ha multiplicado en los últimos cuatro años, lo que demuestra que hay un problema estructural en las finanzas públicas del País, no sólo de los gobiernos subnacionales. Este crecimiento del endeudamiento bancario, bursátil, PPS, bonos cupón cero, aun sin considerar los pasivos contingentes como los de pensiones y los adeudos de ejercicios fiscales anteriores, es el mejor ejemplo de que el Pacto Fiscal ya se agotó y hay que alcanzar un nuevo acuerdo en materia fiscal entre los tres ordenes de Gobierno. En un contexto de ejercicio eficiente y transparente del gasto público y los ingresos públicos incluida la deuda-, y de corresponsabilidad.
Repasemos algunos datos recientes: al finalizar 2012 la deuda pública bancaria y bursátil asciende a 434 761.2 millones de pesos, de la cual el 11.5 % corresponde a los municipios. Con otras obligaciones financieras como los Proyectos de Prestación de Servicios (PPS), los Bonos Cupón Cero del FONREC y los del Fondo de Apoyo para Infraestructura y Seguridad, el total de los pasivos asciende a 497 mil 258.2 millones de pesos. 210 % de incremento frente a los 160 mil millones de diciembre de 2006. Esto es el jinete de la deuda cabalga cada vez más rápido, lo que se puede ver en los indicadores que más se han usado en los últimos años, como es el caso de la relación de la deuda con las participaciones en impuestos federales, que son actualmente alrededor del 90 % de los ingresos propios de las entidades, excepto el DF donde apenas representan la mitad. La relación participaciones deuda bancaria y bursátil- ha crecido muy rápido: de 60 % en 2009 a 86.1 % en 2012. En cuanto al PIB pasa lo mismo: de un 1.4 % en promedio en 2001, se pasa a 1.6 % en 2006 y a 2.9 % en 2012, con variantes extremas por supuesto. Aún no se publican datos sobre el servicio de la misma.
Si la deuda ha crecido es porque los ingresos son insuficientes y las necesidades crecientes: la frágil recuperación económica, así como el débil potencial recaudatorio de los ingresos propios, y el reducido porcentaje participable, han entrado en crisis desde 2007. En 2009 quedaron por debajo de lo estimado en alrededor de 54 mil millones de pesos, en 2010 crecen por algunas medidas tributarias como el incremento de 1 punto en el IVA y el IEPS de telecomunicaciones y en 2011 y 2012, volvieron a caer en relación a lo proyectado, 12 mil millones menos en ese último año. En esos años fueron compensados por el Fondo de Estabilización de los Ingresos de los Entidades Federativas (el FEIEF) creado en 2006.
Las finanzas del orden central, tampoco se han recuperado plenamente y los ingresos todavía no pueden darle suficiencia al gasto público. Por ejemplo a febrero de este año la recaudación federal participable, que sirve de base para el cálculo de las participaciones, es 12.2 % inferior a su nivel de hace un año, lo que no se veía desde 2009 y 2007, año en que cayeron 28.6 %, lo que contrasta con lo que pasó de 2002 a 2006, cuando el crecimiento de la RFP y las participaciones fue una constante.
Siendo promedios, en la caída respecto a 2012, pierden más: Coahuila, -15.7 %; EDOMEX -14.7 %; Guanajuato -14.3 %; Oaxaca -13.3%; y fue menor para BC Sur -6.1 %; Sonora -6.3 ; % y Tabasco -6.5 %.
En relación a lo estimado, van 7.4% en promedio por debajo de lo programado, aunque todas pierden, pierden más Colima -9.5 %, Sinaloa -9.1 %, Coahuila -8.4 % y DF -8.2 %; y pierden menos Hidalgo -5.6 %, Michoacán -5.9 %, Oaxaca -6.3% y Sonora -6.1 %. Pierden más unas que otras.
Finalmente ya no han tenido lo que fue un buen alivio para las entidades federativas, los llamados ingresos excedentes que les dieron más de 25 mil millones en promedio de 2003 a 2008. Igual les daba buenos ingresos la recaudación de tenencia, pero la mayoría erosionó la base de la misma, aunque algunos la empiezan a recuperar, mientras otros juegan al paraíso fiscal, lo que ha significado menores ingresos.
Se requiere de una reforma integral de las haciendas públicas y el acuerdo fiscal.
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