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Oaxaca, Oax. 22 de enero de 2013 (Quadratín).-Tejidos y bordados realizados por jóvenes de ocho a 20 años de edad, provenientes de las diversas regiones del estado, se exhiben hasta el próximo 1 de marzo en el Museo Textil de Oaxaca (MTO) dentro de la muestra denominada Telares que retoñan: artistas jóvenes del textil.
Con esta exposición, el MTO cumple su meta más anhelada: servir de aliciente para que nuevas generaciones den vida al arte del telar y la aguja, sostiene el director del sitio, Alejandro de Ávila, quien manifiesta su beneplácito por el surgimiento de una nueva generación de creadores del textil.
De Ávila narra una de las muchas historias que han tejido conjuntamente los nuevos exponentes del textil con sus padres, el MTO y la valiosa intermediación de Remigio Mestas Revilla, quien se conoce de cabo a rabo el mundo del arte textil no sólo de Oaxaca sino de todo México.
Maritza González Bautista una de las expositoras- tiene quince años y entrará la preparatoria en 1013. Vive en la colonia jardín de esta ciudad. Sus padres nacieron y crecieron en Pinotepa de Don Luis, un pueblo mixteco de la Costa de Oaxaca. Bonfilia Bautista Tapia, madre de Maritza, aprendió a tejer en el telar de cintura desde que era niña. Se inició haciendo posahuanques, las faldas de enredo que visten las mujeres de Don Luis y comunidades vecinas. Tiempo después, Bonfilia aprendió a tejer el labrado de urdimbre, una técnica laboriosa que requiere levantar a mano hilo por hilo para crear los diseños. Bonfilia ha renovado huipiles y lienzos labrados en blanco o en color que han gustado mucho a los amantes del textil dentro y fuera de México.
El director del MTO, explica que en octubre de 2010, con la experiencia y creatividad de Bonfilia se recreó una forma de tejido que se había perdido por completo en Oaxaca, y que servía antiguamente para decorar las faldas de boda más hermosas de México. Esa técnica se había olvidado, y en los pueblos de la costa ya no quedaban muestras para copiarla de nuevo. Un día, el museo recibió una donación con textiles que incluía un bello posahuanque antiguo con franjas labradas que sirvió como modelo para que Bonfilia lo reprodujera y posteriormente enseñó la técnica a su hija mayor, Maritza.
Maritza aprendió rápidamente, corregía los errores normales de una principiante, pero ajustó con destreza la densidad de los hilos para dar mayor nitidez a las figuras y ahora sus trabajos igualan la calidad de los tejidos de su madre. En poco tiempo, Matitza ha dominado el arte de sus abuelas, expresa convencido Alejandro de Ávila.
Otras veinte historias similares se encuentran detrás de la exposición Telares que retoñan: artistas jóvenes del textil. Historias como la de Andrea Rafael Álvarez, de 16 años, originaria de Santa María Zacatepec, o de Elena Monserrat Vargas Felipe, de 20 años, originaria de Villa Hidalgo Yalalag. Esta exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 1 de marzo en el Museo Textil de Oaxaca, Hidalgo 917, Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca. Acceso libre.