Convocan a capacitarse en combate a la corrupción a nivel municipal
México, DF. 19 de octubre de 2012 (Quadratín).-Más de 130 jóvenes de Tijuana, Nogales, San Luis Potosí, Playa del Carmen y de la delegación Iztapalapa se presentarán en el máximo escenario artístico y cultural de México, el Palacio de Bellas Artes, el próximo sábado 27 de octubre.
El Concierto Palabra es organizado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), con la colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
La problemática que enfrentan diversas ciudades mexicanas, inmersas en fenómenos de desintegración social y falta de identidad cultural, aunado a la pobreza y desigualdad, se refleja en el creciente número de jóvenes que no encuentran salida a sus más apremiantes necesidades.
Ante ello, la Sedesol a través del Programa Hábitat, mediante su vertiente Intervención Integral y Prevención en Ciudades con Emergencia Social, ha impulsado la creación de Laboratorios de Producción Creativa, los cuales están demostrando ser una oportunidad de formación y capacitación en diversas disciplinas, así como un medio para mejorar su calidad de vida y rescatar el sentido de pertenencia y comunidad.
El Concierto Palabra tiene tres pilares: Roy Jarú Rosales Mendoza, Rodrigo Favela Bustillo y Marco Rosas Piñón, músicos, compositores, poetas, constructores y creadores de instrumentos musicales, quienes unieron sus talentos y esfuerzos para realizar este planteamiento musical.
En su momento, la propuesta de jóvenes y maestros fue recibida por la Sedesol, que hizo suyo este nuevo fenómeno de educación y transmisión del conocimiento para impulsarlo.
Este proyecto creativo tiene un antecedente reciente: en 2011, Ciudad Juárez fue sede del Concierto a 2 Voces en el Centro Cultural Paso del Norte, en el que participaron cerca de 60 jóvenes locales, de Nogales, Sonora, y de Tapachula, Chiapas. Hoy, algunos de esos jóvenes ya formaron a otra generación de participantes en sus ciudades.
Los jóvenes aprendieron a enseñar a otros y poco tiempo bastó para expresarse en sus letras, en su música y en los instrumentos creados por sus manos. También descubrieron que son capaces de organizarse como grupo, sorteando todas las dificultades que esto conlleva. Lo que sigue es compartir con los otros lo que son y lo que han hecho posible.
Sin importar las distancias ni las circunstancias, los jóvenes participantes se declaran listos para la presentación y aunque no disimulan los nervios, tampoco ocultan su pasión y empeño en cada nota, en cada una de sus letras, en los instrumentos tallados y creados por ellos mismos y la emoción de estar en el máximo recinto de las Bellas Artes.