Clemente Jesús López* / De Cómo Masca La Iguana / 23 de septiembre

“23 DE SEPTIEMBRE: ASALTO AL CUARTEL MADERA, EN LA MEMORIA POPULAR”.
A los caídos en la lucha por la Democracia y el Socialismo en nuestro país.
“NUESTRO DESEO ES CAMBIAR EL MUNDO Y ESO NOS LLEVARA MUCHO TIEMPO. MIENTRAS MÁS PRONTO EMPECEMOS A LUCHAR PARA CAMBIARLO, MEJOR”
PROFR. ARTURO GAMIZ GARCÍA.

Oaxaca, Oax. 23 de septiembre de 2012 (Quadratín).- 47 años han pasado desde aquel memorable 23 de Septiembre de 1965 cuando un grupo de jóvenes guerrilleros pertenecientes al movimiento revolucionario socialista armado, denominado Grupo Popular Guerrillero (GPG) tomaron la decisión de asaltar esa madrugada el Cuartel Militar de Ciudad Madera, en el estado norteño de Chihuahua.
Este Asalto originalmente planeado para ser realizado por 3 grupos armados, finalmente se realizó por uno solo compuesto por 13 combatientes, ello debido a que el grupo 2 encabezado por Saúl Ornelas y Pedro Uranga, estudiantes normalistas, se extravió durante la noche en lo abrupto de la sierra y el tercero, dirigido por el campesino Salomón Gaytán Aguirre, se retrasó debido a lo crecido de los ríos, causado por las fuertes lluvias septembrinas, arribando sólo él a la zona de combate.
El Cuartel Militar de Madera, un pequeño destacamento de 125 soldados, se encuentra ubicado en el municipio de Ciudad Madera, al noroeste del Estado de Chihuahua, a 276 km de la capital de ese estado y a una altura de 2,110 m sobre el nivel del mar. El objetivo de esta acción encabezada por Arturo Gámiz García y Pablo Gómez Ramírez era, según documentos de la guerrilla publicados en esa época: “Disminuir la moral del Ejército, cortar las comunicaciones, asaltar el banco para obtener dinero, saquear de provisión a la Empresa Mercantil de la Sierra y tomar la radio para explicarle a la población el motivo de esta acción y de su lucha”.
Ya con anterioridad habían realizado acciones armadas contra efectivos del ejército y policías judiciales estatales, volaron un puente de un cacique, saliendo airosos de esos enfrentamientos en donde su principal premisa fue el perdonar la vida de los efectivos que habían capturado y dejarlos en libertad. Así mismo llevaron a cabo juicios y castigo a terratenientes y caciques de la región.
Todo ello como parte de un amplio movimiento social, popular, campesino y estudiantil que se desarrollaba en el estado de Chihuahua, Durango y parte del Estado de Sonora, aunque las principales luchas se libran el Chihuahua, especialmente las que reivindican tierra para los campesinos, promoviendo invasiones a los latifundios, que en el estado poseían 24.5 millones de hectáreas en manos de 300 latifundista, mientras que 100 mil campesinos ejidatarios se repartían tan sólo 4.5 millones de hectáreas, en un estado donde se decía que:
“En Chihuahua importa más una cabeza de ganado que el estomago de 10 mil campesinos” como lo escribió el periodista Carlos G. Fierro el 16 de junio de ese año de 1965.
Esa madrugada del 23 de septiembre de 1965, el combate, a todas luces desigual, tanto por el escaso número de combatientes, como por la calidad en desventaja de su armamento, arrojó al final la muerte de los principales líderes guerrilleros: Arturo Gámiz García, profesor rural, originario de las nieves, un pueblecillo de Durango de 25 años de edad y principal comandante guerrillero del grupo; Pablo Gómez Ramírez, medico, profesor de la escuela normal rural “ Ricardo Flores Magón” de Saucillo, Chihuahua, casado y con 5 hijos, que cayó con una bandera blanca en la que se leía ¡ Viva la Libertad ¡ ; con ellos murieron combatiendo 6 más de sus compañero: Emilio Gámiz García, hermano de Arturo , estudiante de 20 años de edad; Antonio Escobell Gaytán, campesino de 23 años; Salomón Gaytán Aguirre, campesino de 23 años; Oscar Sandoval Salinas, estudiante de 20 años, alumno de la normal del Estado; Miguel Quiñones Pedroza, maestro normalista rural de 22 años de edad, egresado de la normal rural de Salaices y Director de la escuela rural en Ariseachic, Chihuahua y por último Rafael Martínez Valdivia, de 21 años de edad y profesor rural en Basúchil.
Lograron escapar con vida de la masacre: Guadalupe Escobell Gaytán, quien se incorporó a la guerrilla dirigida por Oscar González Eguiarte en 1968 y muere fusilado por el ejército en Rosario, Tesopaco, Sonora; Ramón Mendoza Torres, es detenido posteriormente con Oscar González Eguiarte y permanece preso en las Islas Marías, de donde se fuga; Florencio Lugo Hernández, quien se incorpora a la guerrilla urbana, es detenido y pasa 2 años en la cárcel, escribió 2 libros testimoniales; Juan José Fernández Adame, quien dirigió grupos de solicitantes de tierras en Tamaulipas y San Luis Potosí, murió en el 2004 y por último Francisco Ornelas Gómez, maestro jubilado quien escribió en 2005 el libro “Sueños de Libertad”.
Perseguidos, cosidos a balazos, masacrados brutalmente, fueron paseados sus cadáveres en un camión de madera por el pueblo y finalmente arrojados todos juntos a una fosa común, mientras los enterraban el sátrapa gobernador Gral. Práxedes Giner Durán vociferó: ¿Querían tierra? ¡Dénles tierra hasta que se harten ¡
Los jóvenes mártires guerrilleros no cayeron solos, con ellos murieron también 1 teniente, 2 sargentos, 1 cabo y 2 soldados, quedando heridos 1 teniente, 4 sargentos y 6 soldados.
Hoy a 47 años de distancia, tenemos presente en la memoria este acto de valentía, heroísmo y amor a la noble causa de la emancipación de nuestro pueblo, el ejemplo de los jóvenes combatientes del asalto al cuartel madera, sigue vivo, más aún cuando el régimen político autoritario del priato está de regreso, con su cauda de violencia, demagogia, corrupción, autoritarismo, represión y cinismo.
Rendirle homenaje a los muchachos revolucionarios del 23 de septiembre de 1965, es recordarle también a los opresores capitalistas, que la lucha por la democracia plena y el socialismo con rostro humano, siguen siendo el paradigma por el que luchan las nuevas generaciones de jóvenes en nuestro país.
* Militante de la Izquierda Comunista.
Columnista y analista político.