
La existencia histórica de Jesucristo
Oaxaca, Oax. 24 de junio 2012 (Quadratín).- Para el miércoles 27 de junio se terminan las campañas de los candidatos a Presidente de la República, Senadores y Diputados. Para el 1° de julio acudiremos a las urnas para elegir en forma directa a nuestros gobernantes. Si nos remontamos en nuestra historia electoral nos daremos cuenta que no siempre ha sido de esta manera.
Ha habido tres grandes etapas en nuestra historia electoral de los sistemas de elección. La primera etapa corre de 1812 a 1856 en que prevaleció el sistema de elección indirecta en segundo grado. Éste consistía en que los ciudadanos se congregaban en las llamadas juntas primarias o de parroquia o también conocidas como juntas municipales; en estas juntas se elegían a un elector a fin de que representara a estos ciudadanos en una segunda junta llamada secundaria. Cada elector de las juntas primarias se reunía en estas juntas secundarias a fin de elegir a un elector secundario para que los representara en las juntas electorales de provincia para constituir las juntas terciarias. Estas juntas terciarias elegían a los Diputados que integraban el Congreso Nacional.
Los miembros del Congreso Nacional elegían a los titulares del Poder Ejecutivo y Judicial así como determinaban, en su caso, las formas de su nombramiento. Aquí habría destacar la inexistencia de los partidos políticos y que los Magistrados del Poder Judicial se elegían por el voto de los electores.
La segunda etapa que estuvo vigente de 1857 a 1911 al sistema de elección se le denominó indirecta en primer grado. Las elecciones primarias se celebraban el último domingo de junio del año de la elección y las secundarias el segundo domingo de julio. En las primarias se instalaba una mesa de casilla integrada por un presidente, dos escrutadores y dos secretarios y se escogían a estos miembros de las casillas a los primeros ciudadanos que llegaban a votar. De estas juntas municipales se escogía al elector que los representaba en la junta distrital en donde se elegía al diputado. Si de esta elección había empate se repetía la elección y si se volvía a empatar el problema se resolvía mediante un sorteo.
En los electores de la junta distrital se elegía a los diputados, y a partir de 1874 también a los senadores, al Presidente de la República; a partir de 1904 al vicepresidente, al presidente de la suprema corte de justicia y a sus magistrados.
La tercera etapa se inicia de 1912 a la fecha en que las elecciones son directas. Así por ejemplo, de acuerdo a la ley electoral de 1911, reformada en 1912, la elección de diputados y senadores fue directa, es decir, ya no se eligieron electores para que estos a su vez escogieran a sus representantes populares.
En la ley de 1912, todavía se eligió al Presidente y vicepresidente de la República, y Presidente de la Suprema Corte de justicia de la Nación y a los ministros del mismo en forma indirecta. A partir de la constitución de 1917 ya fue directa la elección de estos gobernantes. La elección indirecta del Presidente de la República todavía se practica en los Estados Unidos y en algunos regímenes parlamentarios.
De acuerdo a la ley electoral de 1911 la casilla se habría a las 9 de la mañana y se mantenía abierta hasta las 12 del día y se volvía a abrir a las 3 de la tarde cerrándose a las 5 o antes si ya habían votado todos los ciudadanos inscritos en el padrón municipal. Aquí se celebraban dos elecciones, una para designar al elector que forma parte del colegio electoral para elegir a los ministros de la Corte y al Presidente de la República y la segunda para nombrar diputados y senadores.
Par algunos el voto directo, estos es, el ciudadano elige en definitiva a su gobernante o representante es sujeto a mayor manipulación por los medios de comunicación social y por las fuerzas sociales, en cambio, el voto indirecto es mucho menos influenciable porque se eligen a electores capaces y conscientes.
Como se puede observar hemos pasado del voto indirecto al voto directo, así el voto directo es aquel en el que el ciudadano elige a la persona que ha de representarle en el gobierno, mientras que el voto indirecto presupone la elección de un compromisario que, en un momento ulterior, habrá de proceder a realizar la elección definitiva.
No cabe la menor duda sobre la universalización del voto directo, sin embargo, habría que buscar formas modernas que expresen el verdadero deseo de cada uno de los ciudadanos como por ejemplo, el voto por internet o por teléfono que terminarían en definitiva con las casillas electorales que todavía son motivo de influencia de los partidos.