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En mal momento el asunto de El Mayo
Oaxaca, Oax. 23 de junio del 2012 (Quadratín).-Ninguno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República tiene previsto el escenario de la derrota, ni siquiera Gabriel Quadri, del Panal, quien se pondrá eufórico en caso de obtener el tres por ciento de los sufragios, lo que garantiza con amplio margen la conservación de su registro y las prerrogativas inherentes.
Menos están preparados la candidata panista Josefina Vázquez Mota o el perredista Andrés Manuel López Obrador, quienes se disputan el segundo lugar y que si obtienen más de 15 millones de votos se darán por satisfechos. En el escenario del priista Enrique Peña Nieto, la posibilidad de la derrota no está considerada, pues se confía plenamente en el amplio margen de ventaja que le otorgan las encuestadoras.
En la recta final, los aspirantes se alistan para cerrar en terrenos familiares, cómodos. Aunque mantienen la expectativa alta en el discurso, dejan asomar el desánimo antes de llegar a las urnas. El candidato priista Peña Nieto, tendrá el domingo su cierre de campaña en la ciudad de México con una concentración en el Estadio Azteca, donde sus operadores prevén una asistencia de 120 mil personas, de las cuales pretenden colocar cien mil en las tribunas y el resto en la cancha.
Adicionalmente, el priista terminará los 90 días de campaña en Toluca, la capital del estado de México que gobernó, en la plaza principal de esa ciudad. Lunes y martes visitará Chiapas y Tabasco, donde hay elecciones para gobernador, y también estará en Michoacán.
Mientras que Josefina Vázquez Mota tendrá en el Distrito Federal y Jalisco sedes en las que se verán los cierres más representativos: en la Plaza de Toros México en la capital de la República -el sábado- se intentará evitar la experiencia fallida del Estadio Azul al arranque de la campaña panista. El miércoles, en el Estadio Omnilife, de Jalisco, habrá otro cierre, pues se cree que Jalisco (por ahora) es bastión panista.
La panista logró que, después de que el estadio azul la dejó hablando sola, en todos los actos se cuidara la asistencia y en los cierres de campaña regionales, los mítines han exhibido plazas llenas, aunque haya lluvia o sol inclemente. Incluso la agenda de actos masivos se triplicó para los últimos días. En promedio sólo se realizaba uno, ahora son tres o cuatro.
Por su parte, en esta recta final, el ánimo de Andrés Manuel López Obrador disminuyó. Durante la semana que termina fue evidente el cambio de actitud del tabasqueño, la seriedad en su gesto, por cansancio, hastío o enojo, muy diferente de hace una semana, cuando presumía desde la plaza pública y frente a sus seguidores haber alcanzado y rebasado al candidato puntero Peña Nieto. Ese globo ya se desinfló, va en picada, y nosotros vamos para arriba, proclamaba. Solamente el candidato de la izquierda sabe que lleva el costal que carga. Luego de más de una decena de cierres de campaña regionales, López Obrador encabezará una marcha el miércoles por la tarde del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, previo al llamado cierre nacional de campaña.
Finalmente, el abanderado del partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri, se dice satisfecho de haber puesto sobre la mesa sus políticas neoliberales y se congratula de haber atraído los reflectores hacia sus trabajos y opiniones sobre sustentabilidad y políticas ambientales. Desde el domingo anterior, Quadri inició sus cierres regionales en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. Hará lo propio en San Luis Potosí, Coahuila y Zacatecas para culminar en Aguascalientes, donde Nueva Alianza es segunda fuerza política.
Las campañas llegan a su fin y tanto ciudadanos como candidatos están exhaustos, agotados y con ganas que ya termine. El hastío que produjeran los spots, la superficialidad, la carencia de contenidos y el exceso de imágenes hace que muchos cuestionen si este sistema democrático satisface las necesidades del país. La respuesta mayoritaria es no.
Tres de los cuatro candidatos tendrán que mostrar fortaleza, temple y disciplina frente a la derrota, mientras el ganador iniciará una fiesta que promete seis años pero que para la mayoría de los designados dura muy poco tiempo.
La madre de todas las elecciones se acerca al final, con la conciencia de una democracia costosa, onerosa y poco satisfactoria. Las amenazas de inestabilidad, coraje, enojo y frustración están ya en el aire, mientras la ciudadanía se mantiene ajena. Cumplirán, muy pocos, con ir a votar porque aunque la mayoría es ciudadana por edad, en la realidad todavía la mayoría espera seguir siendo niños ciudadanos, de capricho en capricho.
Foto:Archivo