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¿Lealtad a quién?
México D.F. 20 de junio de 2012 (Quadratín).- En menos de una semana, fueron tres las pruebas que pudieron desestabilizarlos, algunas lo lograron.
En tan sólo tres días, el movimiento #YoSoy132 tuvo que lidiar primero con la denuncia que hizo el estudiante Manuel Cossío, acusando a Saúl Alvídrez, otro estudiante a quien identificó como líder del grupo, de haber recibido apoyos del Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard y de Alejandro Encinas.
De inmediato, los estudiantes se deslindaron y dieron de baja a Alvídrez de su movimiento, a quien también acusaron de no haberles informado de dónde habían surgido los recursos (que no fueron pocos) para el concierto gratuito del zócalo el fin de semana. Concierto que, por cierto, el propio movimiento desconoció el lunes al asegurar que nunca contó con la aprobación de la asamblea estudiantil.
Ayer, los estudiantes se lanzaron a su prueba de fuego. El tercer debate presidencial con sólo 3 de los 4 aspirantes. Podríamos tomar como primer error o desacierto el haberse pronunciado abiertamente antipeñanietistas ya que eso dio la pauta válida para que Enrique Peña Nieto desechara en una, dos y tres ocasiones la invitación.
Luego vinieron los errores técnicos en el debate transmitido a través de Youtube. Ciertamente se podrá decir que las fallas ocurrieron hasta en los dos debates oficiales y que produjeron empresas profesionales. No les pienso juzgar por eso a los universitarios.
Pero me llama mucho la atención, que cuando surgió el movimiento, lo primero que enarbolaron como demanda fue la democratización de los medios y luchar contra el sesgo informativo. Tan sólo para su debate de ayer, el Canal del Congreso, Televisa y Milenio Televisión buscaron e insistieron con los organizadores para que permitieran conectarse a su señal de origen a través de unidades satelitales para poder transmitir el debate. La respuesta fue reiterada: NO. Les pedimos que confíen en nosotros, nacimos en internet, es casi, casi lo que desayunamos y comemos. Entonces les garantizamos que pueden confiar en esto dijo una de las organizadoras.
Sin embargo, creo que el movimiento se engolosinó solo. Porque no está de más recordar que más que nunca, #YoSoy132 cuenta con la atención social y mediática de quienes esperan cosas importantes del movimiento y no sólo de su pronunciamiento en contra del PRI y Peña Nieto. Porque quizá no son ellos los que deban hacer público un descontento de esta magnitud. No se puede ser juez y parte a estas alturas del juego y de la campaña. Su declaración de imparcialidad y neutralidad en el debate llegó tarde. O mejor dicho, su postura antipeñanietista llegó demasiado temprano. No supieron lidiar con los tiempos políticos, ni con la atención mediática que recibieron.
Fuera de esos errores y de esa novatez, sigo creyendo que es muy loable lo que el movimiento estudiantil ha logrado en tan poco tiempo. Fueron esenciales en lograr una mayor cobertura en la transmisión del segundo debate presidencial por los canales de televisión de mayor cobertura. Pero en la prueba de fuego se engolosinaron, se emocionaron.
Es el ahora o nunca para que el movimiento aproveche el eco que ellos mismo se levantaron. Aprovecharlo con decisiones inteligentes que no caigan en el egocentrismo sustentado en la ufana confianza de ser el joven todo lo puedo. Si quieren trascender, el movimiento debe abrirse a otros espacios, no sólo los estudiantiles, no sólo los jóvenes, pero teniendo el cuidado de que no permitan entrar a sonsacadores profesionales.
Es momento de que maduren para que la primavera mexicana llegue a un digno e histórico otoño, que no de tristeza.
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