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Periodistas del New York Times podrán utilizar IA de forma legal
Oaxaca, Oax. 23 de mayo 2012 (Quadratín).- Hoy se cumplen 83 años de recordar en México el Día del Estudiante. La efeméride se remonta a la represión que en 1929, justamente un 23 de mayo, sufrieron estudiantes de la entonces Universidad Nacional de México, cuando exigían la autonomía universitaria.
Le siguieron movimientos estudiantiles de intensidad como los de 1968 y 1971; los de Tlatelolco y El Halconazo. Hoy las movilizaciones universitarias parecen revivir, aunque con otra agenda.
Esta tarde, estudiantes ha convocado a una protesta pacífica en la Estela de Luz y otros espacios públicos del país, como parte del movimiento #YoSoy132 que surgió en apoyo a los alumnos de la Universidad Iberoamericana luego de las protestas que realizaron contra Enrique Peña Nieto del 11 de mayo.
Hoy las movilizaciones tienen un peso más político. Y no lo digo en un afán de desprestigio. Su misma convocatoria lo resume en tres demandas: (1) Exigimos un proceso electoral transparente y claro; (2) buscamos que el voto sea consciente e informado y, (3) exigimos la democratización de los medios de comunicación.
La libertad política y el voto son dos derechos fundamentales e irrenunciables. Sin embargo, a menos de 15 días de su movimiento, han permitido sin querer, quiero suponer que se filtren algunos desestabilizadores.
Desde luego, los alumnos de la Ibero no tienen la culpa de que algunas personas estén tratando de lucrar con su movimiento y con la presencia que ya han logrado. Sin embargo, veo que ya se han seccionado en dos grupos: por un lado, los que aparecieron en el primer video y se dijeron apartidistas cuando se les relacionó con López Obrador. Y por otro lado, los que el lunes participaron en un mitin en Tlatelolco, en el que abiertamente expresaron su simpatía política con Andrés Manuel.
Insisto. La preferencia electoral no es el problema. Pero creo que les hace falta la cara de un líder que los represente y que no los dejen sin nombre ni apellido, arriesgando a que desde el anonimato, cualquier otra persona haga suya su causa.
Pero ya que estoy hablando de un movimiento con una agenda política, vale la pena analizar en números el peso que tienen los universitarios en el proceso electoral que estamos viviendo.
De acuerdo con la Lista Nominal del IFE, los universitarios que podrán votar este año si tomamos una media de entre 18 y 24 años equivalen a 13 millones 823 mil. Es decir el 18 por ciento del total de posibles votantes. Y si estos números los comparamos con la práctica, podríamos decir que Felipe Calderón se convirtió en Presidente con 15 millones de votos; López Obrador también estuvo muy cerca de esta cifra, aunque con una mínima diferencia del ya mítico 0.56 por ciento.
En resumen, si el voto universitario equivale al 18 por ciento de la Lista Nominal y es casi proporcional a los votos que obtuvo el actual Presidente de México, que a nadie le quede duda que todo mundo se peleará por ellos. Sólo mucho cuidado con las sorpresas, con los infiltrados, o como escuché por ahí, con los ultras.
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