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De la misma manada
Oaxaca, Oax. 16 de mayo 2012 (Quadratín).- Es casi asombroso ver y oír en la televisión mexicana, la conducta de Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México, diciendo que su estrategia en la lucha contra el narcotráfico, es la única y mejor forma de combatir este flagelo de la humanidad. Según él, hasta sus adversarios, aunque lo critican, reconocen no tener otra alternativa mejor para atacar el tráfico de estupefacientes, y por lo tanto él es único iluminado, que sabe qué hacer y cómo hacer las cosas. Todos los demás mexicanos, sólo saben criticar, y son unos tontos y malintencionados.
Por otra parte, veo a la candidata a la presidencia de la república, Josefina Vásquez Mota, decir a diario que su partido el PAN es el que ha llevado a México a la modernidad, a la democracia, a la paz social, etc. Y, por último, para completar el cuadro, me enteré, casi todos lo hicimos, en la cuenta de twiter de Juan Pablo Castro Gamble, dizque líder de las juventudes panistas de las expresiones homofóbicas, ofensivas y racistas, cuando ha expresado, su oposición al matrimonios entre jotos o bien atacando a una humilde vendedora de quesadillas, de Tres Marías, Morelos, calificándola como indígenas muertos de hambre y al poblado como pinche pueblo quesadillero.
En realidad dicha actitud no debería de sorprender a nadie, los panistas siempre han sido y han actuado así, en toda la historia de México. Se consideran infalibles, súper inteligentes y haciendo gala de una arrogancia insultante, retan, atacan, insultan y humillan a todo aquel que no coincide con sus planteamientos.
En cuanto a la opinión del Presidente de la República, creo firmemente que existen formas diferentes y mejores que las que el Licenciado Felipe Calderón ha utilizado para atacar al narcotráfico. Lo hemos sugerido varias veces, hay que acabar con la miseria, con el desempleo, con los bajos salarios, con la incultura, incrementando los recursos económicos para infraestructura de la educación, en todos los niveles; hay que propiciar la práctica del deporte. Necesitamos cambiar los contenidos ideológicos de las televisoras, de la radio y de los medios de comunicación los cuales incitan, exhortan e inducen subliminalmente a la violencia, al crimen ya todo tipo de actos inmorales e ilegales.
Cuando Calderón dice que sus opositores lo critican, pero no proponen nada, miente. Propuestas existen muchas y desde hace tiempo, pero, ¿Cuándo o dónde, se pueden hacer efectivas? ¿Qué instancia real de poder o qué foro tienen sus opositores para hacerse oír? Los que tienen propuestas diferentes no tienen acceso a los medios como los tiene el Señor Presidente de la República, teniendo pues, todos los recursos económicos y medios a su alcance abusa de su poder queriendo aparecer como el héroe de la película justificando así su estrategia fallida contra el narcotráfico.
La mejor prueba de este fracaso es la gran cantidad de muertos que aparecen a diario a lo largo y ancho del país.
Esos son los verdaderos resultados y no las balandronadas del Presidente de la República.
En cuanto a la visión de México y las promesas de Josefina Vásquez Mota, surgen interrogantes difíciles de discernir, por ejemplo: ¿de qué mundo o de qué país habla? ¿Cuál modernidad? ¿De quién?
Las cifras sobre la situación de México, muchas de ellas son escandalosas por lo negativo pero, si les preguntáramos, p.ej. a los humildes indígenas de Amoltepec, Santo Domingo Teojomulco, San Felipe Usila o a cualquier habitante de una colonia marginada, ¿Está usted de acuerdo que en doce años de panismo efectivamente estamos en la modernidad? Seguramente que lo primero que nos preguntarían sería el significado de la palabra modernidad.
Y en cuanto al imberbe panista Juan Pablo Castro Gamble, como ya lo han dicho otros intelectuales en nuestro país, tal individuo cuando insulta al pueblo lo único que hace es demostrar flagrantemente lo que piensan él y su partido, del pueblo trabajador, pues éstos lo único que sienten es un profundo odio hacia el pueblo.
Por eso, cuando inicialmente decía que me asombraba de la actitud y posiciones de los panistas en realidad a nadie debieran causar sorpresa, cuando sostienen lo que han dicho, lo único que demuestran es una terquedad y una visión radicalmente diferente a la que vemos la mayoría de los ciudadanos mexicanos. En todo caso, sus expresiones y planteamientos no reflejan más que una grave ofensa a México, al que dicen defender y querer ayudar, pero que en la práctica sólo utilizan para estar sobre él.