
Reforma de maíz transgénico: ¿camino a soberanía alimentaria de México?
Oaxaca, Oax. 07 de mayo 2012 (Quadratín).- Ayer atestiguamos la celebración del primer debate televisado entre los candidatos a la Presidencia de la República y aunque hoy las planas de los diarios se ocupan del análisis del posdebate, los efectos inmediatos no se comprenderían sin observar el comportamiento de los partidos en esta contienda electoral en los distintos distritos y entidades federativas.
En Oaxaca el devenir de algunas candidaturas han anunciado el resurgimiento de las viejas usanzas. En el caso concreto de Acción Nacional (PAN) en nuestro estado, se ilustra con claridad la incongruencia y la descomposición que experimenta el ejercicio político, marcados desde los desatinos de su candidata presidencial hasta el regreso de polémicos personajes y sucias prácticas entorno a la candidatura de este partido al Senado de la República.
¿DIFERENTE? Aunque Josefina Vázquez Mota fue designada gozando de la credibilidad que otorga el haber sido la contraria al predilecto presidencial (Ernesto Cordero), en sus primeras acciones quedó apresada por el calderonismo y se le acabó el encanto de frescura. Su débil liderazgo la hizo aceptar las condiciones que le fueron fijadas; sumó a los funcionarios de esta administración más polémicos como parte de su comando de campaña; y desde el inicio no supo marcar su distancia con Felipe Calderón, y se dedicó a defender los aspectos más negativos del gobierno federal como la deuda pública que se adquirió y se duplicó en solo cuatro años (2007-2011). En suma, hoy se muestra como la candidata menos diferente de todos, con propuestas recicladas de la campaña presidencial del 2006, como se alcanza a distinguir en el texto que contiene su visión del país El México que todos queremos sí es posible.
Más allá de análisis particulares, los números no falsean. Las encuestas independientes (no encargadas) han dejado de manifiesto el declive del PAN en la intención de voto del electorado. Por ejemplo, de acuerdo con la encuesta que Grupo REFORMA realizó del 19 al 22 de abril Josefina Vázquez Mota perdió 10 puntos en la intención de voto entre los electores que reportan un nivel alto de seguimiento a las noticias de los diversos medios de comunicación, lo que demuestra que la candidata del blanquiazul no solo ha caído al tercer lugar, sino que de seguir en la ruta del empecinamiento su papel hacía el cierre de la contienda electoral puede ser de carácter testimonial. Esta percepción deriva de tres errores muy concretos: el primero, es que Vázquez Mota quedó acorralada y no supo reaccionar ante por el desgaste de un gobierno en el naufragio; el segundo error tiene que ver con el concurso de desatinos en los que ha incurrido ella, así como su equipo de campaña que se encuentra desarticulado y dividido; y el tercero de sus tropiezos, es el haber avalado los controvertidos e impugnados procesos internos para seleccionar sus candidatos a cargos de elección popular, no se detuvo a instrumentar una operación cicatriz. Oaxaca exhibe muy bien ese desaseo que hoy le resta posibilidades de éxito a este partido político.
¿CONFIANZA? De igual forma que en la campaña nacional y con algunos elementos locales inquietantes, en nuestro estado el comando de campaña que se articuló para arropar la candidatura del PAN al senado de la república esta invadido por pseudo priistas y mercenarios, en consecuencia, confrontado con el panismo oaxaqueño. Se priorizó en la practicidad, y con ello, el pecado quedo consumado. Pareció más rentable incluir a los que saben de los sucios métodos electorales que a los propios panistas, para lograr una incorporación tersa, se entendieron con el panismo complaciente y con menos convicciones partidarias como la corriente que encabeza Carlos Alberto Moreno Alcántara en lugar de concitar los intereses de los liderazgos panistas tradicionales para abrazar la candidatura de un panista de reciente militancia.
Si bien, Diódoro Carrasco es un político de destacada trayectoria, las alianzas de las que se ha valido distan mucho de la confianza con la que pretende titular su candidatura. ¿O acaso la incorporación de los criminales de ayer, envueltos en los episodios más crudos del sexenio anterior aportan esa certeza que requiere el elector? Obviamente no, la reinstalación de estos personajes en las decisiones y estrategias de esta candidatura, develan la deformación del propósito político: no importa el cómo, sino el obtener el escaño.
El sumar a incriminados políticos como los principales operadores de las campañas del PAN con el objeto de tender puentes de adhesión con priistas desatendidos se esta convirtiendo en un ancla. Pareciera que no se valoran los aspectos de identidad y dignidad política que caracteriza a la militancia de acción nacional. El panista orgánico jamás ha congeniado con otras expresiones políticas, y menos aún, con el PRI. No sólo por la condición de oposición como éste partido fue concebido, sino por los agravios que algunos sufrieron desde el poder, y que hoy se han convertido en los jerarcas del equipo de campaña blanquiazul. Este asunto deja ver una imagen de similitud con lo más repudiado de la política local, en vez de ceñirse al ánimo partidario de la campaña nacional que se define como diferente.
Al final de cuentas con estos desaciertos, pareciera que las posibilidades de éxito de las campañas del PAN están depositadas más en las triquiñuelas que pudieran aplicar de última hora, que de conquistar la solidaridad partidaria y la confianza ciudadana. Las turbias alianzas empiezan a dar de sí.
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Twitter: @juandiazcarr
Maestro en economía, licenciado en derecho y maestrante en periodismo.