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Obras inconclusas, ineficiencia y omisiones en Oaxaca de Juárez: Chagoya
Oaxaca, Oax., 9 de febrero de 2012 (Quadratín).-Galardonado con premios estatales y nacionales de periodismo por la aguda crítica que imprime a sus cartones, Darío Castillejos es quizá el cartonista oaxaqueño que ha logrado mayor proyección en los últimos quince años. Actualmente colabora con el Grupo Expansión.
En la Biblioteca Pública Central, el cartonista imparte un curso de cartón político a invitación del Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública, como parte de sus actividades de la Semana Cultural de la Transparencia.
Durante la primera sesión del taller, explica a los asistentes que para ser cartonista no es necesario ser buen dibujante, lo que es indispensable es ser muy criticón. Hay que explotar la viborilla que todos llevamos dentro, dice a sus alumnos.
Por otra parte, hace énfasis en el miedo de muchas personas a dibujar porque en nuestra cultura, los únicos que dibujan son los niños y cuando éstos crecen sus padres les dicen que dejen de hacer dibujitos y se pongan a estudiar. Nuestros padres nos cortan el deseo de dibujar y ya no lo desarrollamos. Por eso es común que una persona de 40 ó 50 años dibuje como un niño de 8, porque a esa edad dejó de dibujar. Los moneros, por supuesto, son unos niños que eternamente se están burlando de cuanto pasa a su alrededor.
Experto en cartón político, Darío Castillejos advierte en entrevista que este género está condenado a la perpetuidad porque los políticos son incorregibles. Pero, agrega, lo bueno es que la sociedad ya no se chupa el dedo.
__ ¿Qué pasa cuando ya se ha abierto tanto la crítica hacia la clase política, con una libertad de expresión casi total y leyes de transparencia? ¿Ahora qué busca el cartón político?
__El cartón subsiste en tanto que la clase política no entienda que su función es luchar por una causa social. Es cierto, en México se puede decir todo lo que se quiera, pero los políticos no son muy receptivos que digamos; hay una gran resistencia a transparentar todos sus gastos y sobre todo hay un desapego total hacia la causa social. El político sigue siendo soberbio, olvidadizo de sus obligaciones, seguimos viendo casos escandalosos de corrupción y parece que es algo que no frena. Podemos reformar las leyes pero los políticos ni volviendo a nacer se componen. Por esos siempre es necesaria la crítica, y no solo de los cartonistas sino de la sociedad en general. Siempre hay que cuestionarlos.
__ ¿Podría decirse que la clase política se ha vuelto cínica ante la crítica?
__Antes se decía que los políticos habían hecho callo, pero yo creo que ya se les volvió caparazón. Ya no les puede, Es increíble pero se denuncia una y otra vez acto de corrupción y ellos viven en un cinismo, descaro total, están enfermos de poder, esta enfermedad dice alguien que entre más se enferman mejor se siente
frente a esta actitud del poder. Siempre en todo régimen que aspire a la democracia va a ser esencial.
__Los políticos no cambian ¿y la sociedad?
__La gente ya no se chupa el dedo, ya ve a los políticos con mucho escepticismo, con desconfianza, ya no les cree, se ha decepcionado de la clase política, no ven opciones, y me parece que eso es bueno, que la gente puede construirse a partir de ese desasosiego, puede construirse una opción desde la sociedad porque ya saben que el político es así y no va cambiar. Yo espero que esta desafección social sirva para ciudadanizar la política, veo que la gente se interesa más por los asuntos públicos y los jóvenes especialmente están muy interesados en su país, en Oaxaca. Hemos visto que increpan a voz en cuello a sus gobernantes y eso me parece positivo.
__¿Cómo ves a tus alumnos del curso de cartón político?
__Veo que sí hay interés de los jóvenes por la política, a los chavos les gusta criticar a sus gobernantes. La buena participación en este curso me hace pensar que la conciencia crítica se está despertando en México y especialmente en Oaxaca donde somos bastante inconformes.