
Consummatum est
Gabriel Hernández García (Colaboración)
Oaxaca, Oax., 24 de septiembre de 2011 (Quadratín).- En un principio lo mínimo que se queda uno es perplejo. No se sabe, si de lo que se nos está informando es verdad o es mentira. Los actores políticos, y que son los que desafortunadamente dan la nota, nos informan, unos de logros muy importantes, es decir, de obras muy trascendentes que le servirán a la ciudadanía, los esgrimen como prueba de que ellos y su partido han cumplido y están cumpliendo verdaderamente la función que se propusieron en un inicio. Por otra parte, los integrantes de otro partido, o grupo opositor demeritan totalmente, el trabajo de los primeros y ponen el suyo como lo máximo, minimizando todos los supuestos avances y logros del grupo diferente al suyo.
Ante tal avalancha de información contradictoria, la ciudadanía en general, no puede formarse una idea clara, realista de lo que se le está informando, pues no tiene los instrumentos, o información necesaria para poder discernir la verdad.
El presidente Felipe Calderón nos informa, todos los días: de su exitosa lucha contra el narcotráfico (exhibiéndola como la zaga más importante que haya existido en nuestro país); nos presume a diario sobre la cobertura nacional del seguro popular; sobre la construcción y mantenimiento de miles de kilómetros de carreteras; sobre su avance en infraestructura, etc.
Los perredistas exhiben su apoyo a los discapacitados, a los adultos mayores y madres solteras, becas escolares, mastografías, las libertades individuales como permitir los matrimonios entre homosexuales, etc.
Los priistas y militantes del Verde Ecologista hacen lo mismo sobre su partido y así por el estilo, todos se ostentan como los defensores más conspicuos de los pobres de este país y la mejor opción para todos los mexicanos.
Evidentemente lo que un partido sostiene el otro lo refuta, lo ataca y lo demerita de manera tal que se crea una verdadera Torre de Babel de la información pues así, nadie entiende, ni puede creer a nadie.
En realidad, no hay, ni debe haber tal confusión, de lo que se trata es de la sucesión presidencial, en la que los partidos políticos quieren posicionarse, y todas sus declaraciones tienen el objetivo de hacernos creer que ellos son la verdadera opción para que el pueblo se convenza y vote por ellos.
Tampoco hay que pensar mucho para concluir que:
-Todos los partidos y sus defensores están exponiendo verdades a medias, es decir dicen lo que les conviene y ocultan lo que les perjudica, pero, como ya sabemos, las verdades a medias simplemente son mentiras.
-Podemos y debemos conocer la verdad sobre la situación de nuestro país y esta nos dice que: van casi 40 mil muertos, hay casi 75 millones de pobres o incluso más, que el seguro popular es insuficiente, ineficiente y limitado, que en el 2011 van nueve veces de incremento de la gasolina, que la educación de nuestros jóvenes está totalmente atrasada, incompleta y superficial, que el desempleo si bien varia en realidad ha venido aumentando y en el mes de julio estaba en el 5.62 por ciento de la PEA y eso significaban 2.7 millones de mexicanos sin empleo y
¿para qué seguirle?
Esa es la verdadera realidad de nuestro país, independientemente de los discursos y de quienes los digan, en todo caso ya sabemos qué fin persiguen. No hay para que quebrarse la cabeza, no tenemos excelentes partidos, ni magníficos políticos, interesados en trabajar para y por el pueblo, sino una clase política que se recicla entre ella misma y que al cambiarse de un partido a otro pretende engañarnos con discursos y cifras a la conveniencia del partido que las esgrime.
La verdadera opción para los pobres de México, que efectivamente cambie, favorablemente, las condiciones de este país todavía no se ha forjado, y se tendrá que formar con hombres nobles, capacitados y honestos que verdaderamente quieran ayudar a los más desprotegidos, no solo de palabra y con descalificaciones, sino real y verdaderamente; dentro de estos estarán los integrantes del Movimiento Antorchista.
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