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Oaxaca, Oax., 29 de agosto del 2011(Quadratín).- En los últimos años se ha incrementado el número de estudiantes que desean ingresar a la Universidad para continuar sus estudios y obtener un título profesional. Este aumento en la demanda de estudiantes para obtener un lugar en alguna de las distintas universidades públicas que existen en el país, no ha sido acorde con la oferta que ofrecen esos centros educativos. Ocasionando un saldo negativo, en perjuicio de algunos aspirantes que desean ingresar a dichas instituciones, debido a que un gran número de ellos son rechazados.
Esta grave situación no ha sido atendida por los últimos gobiernos, que han eludido su responsabilidad constitucional de proporcionar educación de calidad a quien la demande; y en cambio, por medio de la SEP, han solapado la proliferación de infinidad de escuelas, que más bien parecen changarros, pero que ostentosamente se autodenominan universidades, usurpando el titulo, y provocando un oneroso fraude a quienes ingenuamente se inscriben en ellas.
Estas universidades utilizan estrategias publicitarias muy bien planeadas para enganchar al mayor número de aspirantes, y de esta forma cumplir con su principal objetivo. Obtener muy buenas ganancias.
Esta estrategia se basa principalmente en lo siguiente:
1.- Bautizar a su universidad con un nombre rimbombante, para impactar a los aspirantes y a sus padres. Como si con eso bastara, para formar buenos profesionistas.
2.- Las carreras que ofrecen, no están planeadas conforme a las necesidades socioeconómicas, laborales y productivas de la región.
Más bien están planteadas en base a su conveniencia. Ofrecen carreras, muy saturadas para el mercado laboral y privilegian sólo la teoría, nada de laboratorios ni talleres y mucho menos investigación.
3.-Los docentes, por lo general son improvisados, laboran temporalmente, algunos sin título profesional. Y muchos imparten clases en la universidad mientras encuentran un mejor lugar para trabajar. Su nivel pedagógico por lo general deja mucho que desear.
4.-No existe un verdadero examen de selección, tan sólo es un trámite más y aceptan a todo aquél que puede pagar sus cuotas. Con esto quedan mezclados todo tipo de jóvenes; buenos, regulares, malos y uno que otro fósil o júnior desadaptado. El ambiente estudiantil por lo general es decadente.
5.-Existen universidades a modo. Para todos los bolsillos. Las cuotas son fijadas arbitrariamente en base a la imagen superficial que exhiben, y no en función a su nivel pedagógico y a la infraestructura académica con que cuentan (talleres, laboratorios, canchas deportivas, auditorios y conferencistas de primer nivel).
6.-En la mayoría de estas universidades. No existen estudios de postgrado, con dificultad existen planes de titulación sólo de nivel licenciatura. Y sus carreras no están certificadas por alguna institución de prestigio.
Como conclusión podemos definir lo siguiente: La Universidad es un centro de estudios superiores, cuyo objetivo primordial, es otorgar el conocimiento científico, mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje interdisciplinario, teórico-práctico, fortalecido con el deporte, la cultura y las bellas artes.
Para obtener ese nivel, se requiere de docentes de tiempo completo, titulados y en muchos casos con estudios de postgrado; bibliotecas, talleres y laboratorios bien equipados.
Por esas razones es importante saber elegir la carrera, y la universidad en la que se desea estudiar. Las universidades públicas hoy en día -a pesar del poco subsidio que reciben- son las que mejor cumplen esos requisitos. Requisitos que muy pocas instituciones privadas pueden cumplir. Y las que lo hacen, desafortunadamente no están al alcance de la mayoría.
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