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Oaxaca, Oax., 05 de agosto del 2011(Quadratín).- El abuso en el consumo de grasas como: carnes rojas, azúcares, carbohidratos, productos enlatados y embutidos, los cuales forman parte cotidiana de la dieta del mexicano, tiene como consecuencia el sobrepeso y la obesidad. Otros factores de riesgo como el sedentarismo, el tabaquismo y la diabetes mellitus, pueden agudizar este problema de salud.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la delegación estatal en Oaxaca, revelaron que el exceso de grasa en sangre, ya sea por niveles elevados de colesterol o de triglicéridos, o de ambos, puede causar hiperlipidemia -exceso de grasa en la sangre-.
De acuerdo con el coordinador auxiliar de Salud Pública del IMSS en Oaxaca, Miguel Ángel Altuzar Figueroa, otros factores que influyen en el sobrepeso u obesidad son el sedentarismo, el tabaquismo y la diabetes mellitus.
Aunque la mayor incidencia de hiperlipidemia se encuentra entre los 40 a 50 años, ya se empieza a detectar en gente de 35 años. De ahí la importancia de modificar la dieta diaria, la cual debe ser equilibrada, abundante en verduras y frutas, y restringida en carnes rojas, comida chatarra (frituras, refrescos, pizzas, hamburguesas, entre otros) y de productos lácteos.
El galeno del IMSS recomendó como medida de prevención realizar una caminata de treinta minutos diarios, ya que esta actividad ayuda a mantener bajos los niveles de colesterol, al favorecer un mejor metabolismo de los lípidos y de la glucosa.
No solo las arterias del corazón y el cerebro son afectadas por los elevados niveles de colesterol y triglicéridos, también se pueden dañar los riñones, el páncreas y el hígado.
El colesterol, añadió Altuzar Figueroa, se eleva principalmente por el exceso en el consumo de grasas de origen animal, la cual no se metaboliza y se estanca en todos los vasos sanguíneos, e incluso puede ser tanta la cantidad que llega a cubrir todo el hígado, lo que causa en éste intenso dolor.
Finalmente, indicó que los niveles normales de colesterol total no deben rebasar los 200 miligramos por decilitro de sangre, y los triglicéridos estar por debajo de 130. De sobrepasar estos límites, el tratamiento inicial siempre será con dieta baja en grasas y carbohidratos, y en algunos casos, también mediante la prescripción de medicamentos, agregó que cuando la elevación de colesterol y/o de triglicéridos se hace manifiesta, es porque se presenta un infarto al miocardio o al cerebro, hipertensión arterial, diabetes mellitus o pancreatitis, o dolor intenso en el hígado.