Sentencia de 8 años de prisión a homicida de la Cuenca
Oaxaca, Oax., 17 de mayo del 2011 (Quadratín).- Las víctimas de la masacre de San Juan del Río Choapam eran, en su mayoría, campesinos que también daban servicios en su comunidad. Eran el pilar de sus familias, muchas de las cuales quedaron desamparadas, con hijos pequeños y adultos mayores. Los familiares de las víctimas reclaman que se haga justicia y que se les brinde ayuda económica a través de un fideicomiso para poder solventarse. Aún ninguna autoridad del estado se ha hecho presente en el lugar para atender las peticiones.
Yolanda Cardoza Alavés, viuda de Juan Sánchez Cardoza, quedó sola con cinco hijos de 16, 13, cinco, cuatro y un año. Ahora tengo que ser madre y padre al mismo tiempo, cosa que es muy difícil, dijo. Yolanda reclamó ayuda a las autoridades: no tengo manera de mantener a mis hijos, no tengo nada, porque mi esposo era el sustento de la familia. Le pido a quien tenga que responder, que me apoye con mis hijos. Soy una persona ignorante, no tengo estudios. Mi hijo mayor es menor de edad y aún está estudiando. Con mi bebé yo no puedo trabajar y necesito apoyo, expresó, quien agregó que además le quedan a su cargo sus suegros, de más de 80 años, quienes recibían una ayuda que ya no tendrán.
La doliente cuenta que su marido era una persona humilde y trabajadora: el padre de mi hijos fue un hombre humilde, sencillo, que perdió la vida por servir a su comunidad. Trabajaba de campesino, de ayudante de albañil, de lo que sea, porque aquí no hay trabajo, a veces duraba un mes sin trabajar, pero siempre daba sus servicios a la comunidad en la agencia. Si yo hubiera sabido que corría peligro, le hubiera dicho que no fuera, pero él quería cumplir con su deber de ciudadano. Era una persona que daba ejemplo y un buen padre. Nadie me va a devolver a mi esposo, pero por lo menos espero recibir apoyo de las autoridades, dijo la viuda.
Yolanda dijo que aún ninguna autoridad se ha acercado a los familiares de las víctimas para ofrecer algún tipo de apoyo. No sé adónde acudir para pedir ayuda. Estoy a la deriva. Quisiera que las autoridades nos escuchen, que no se hagan los sordos y los ciegos, y que vean por los pueblos. También se manifestó a favor de solucionar los conflictos políticos pacíficamente: es necesario que ya no solucionen de esa manera los problemas, que traten de buscar una solución pacífica, que no haya más derramamiento de sangre, porque la situación es muy difícil cuando quedan hijos pequeños.
Jorge Sánchez Cardoza, hijo mayor de Yolanda, de 16 años, también exigió el apoyo de las autoridades: sin mi papá no sé qué vamos a hacer. Yo quiero seguir estudiando, ese era el deseo de mi padre, por eso trabajaba todos los días sin quejarse, para salir adelante, porque quería que tuviéramos estudios y que seamos personas responsables. Es muy doloroso perder a un padre, sostuvo el joven.
Rosalina Sánchez quedó viuda con tres hijos de cuatro, cinco y siete años. Su marido, Carlos García, era campesino y el sustento de su familia. Su sobrina, Tania Sánchez, pidió ayuda para los niños: mi tía se quedó sola y mi tío murió por defender al pueblo. Lo que él quería era justicia, nunca se imaginó lo que le iba a pasar. Necesitamos apoyo, ¿quién va a mantener a esos niños?, dijo Tania. La prima de Carlos, quien no quiso identificarse, culpó al gobierno de inacción el Gobierno nunca resuelve nada. Nos va a venir a atender cuando ya estemos muertos. Queremos ayuda, reclamó.
Beatríz perdió a su marido, Miguel Ángel Pérez Basilio, y también quedó sola con una niña de un año y medio. Mis padres y mi suegra están enfermos, no pueden trabajar, y Miguel Ángel veía por ellos y compraba sus medicinas; ahora no tengo a nadie. Pido justicia y que me apoyen para que mi niña pueda crecer y salir adelante. Beatríz cuenta que Miguel Ángel también se dedicaba a trabajar en el campo y daba sus servicios a la comunidad era un hombre humilde que fue a luchar para que lo recursos vengan al pueblo, tenía sólo 29 años y toda una vida por delante, dijo Beatríz aferrándose con fuerza a su niña. No queremos pleitos, queremos que se haga justicia.
Irma Cuevas Martínez, viuda del ex agente municipal Herculano Martínez Correa, también reclamó que se castigue a los culpables mi marido trabajaba en el campo y llevaba apenas cinco meses como agente municipal. Quería arreglar las cosas amistosamente, el pobrecito ni un arma portaba. Era humilde y buena gente.
Gabriel Nicolás, habitante de San Juan del Río, aseguró que los habitantes de los pueblos vecinos, muchos de los cuales se hicieron presentes en el entierro de las víctimas, están dispuestos a ir a Choapam con nosotros para hacer que los responsables paguen el delito que cometieron. El vecino también responsabilizó al Gobierno del Estado: Gabino Cué dice que él heredó los vicios y los problemas del gobierno anterior, pero no hace nada. Nosotros le decimos que si es un inepto y no sabe hacer justicia, que haga valer la reciente modificación de la constitución en la que se le puede revocar el mandato. Gabino Cué está contribuyendo al enfrentamiento entre los pueblos, porque él pudo evitar esta situación pero no cumplió con la protección para la gente de San Juan. Ahora que ya pasó la desgracia, nos mandan elementos de la policía. Quieren tapar el pozo una vez que el niño se ahogó. Lo que pueden hacer ahora es dar ayuda a los familiares, que están inconsolables en estos momentos.