Diferencias entre un estúpido y un idiota
Oaxaca, Oax. 8 de septiembre 2010 (Quadratín).- La sexualidad en las personas con cáncer es un tema poco estudiado y casi no se aborda en los consultorios por considerarla un aspecto secundario o por ser un tema tabú, por lo que es común escuchar frases como: es malo pensar en el sexo cuando debo concentrarme en sanar o me da mucha pena preguntarle al doctor si puedo tener relaciones sexuales, sin embargo, existe un gran porcentaje de cambios y alteraciones en la vida sexual originados por la enfermedad, los tratamientos y factores psicológicos.
La mayoría de las personas que enfrentan un cáncer, pierden la capacidad del disfrute sexual en algún momento de la enfermedad, ya sea de manera transitoria o incluso permanente, impactando de manera significativa a la persona y su pareja. Los cambios más usuales en la sexualidad son la interrupción de la actividad sexual, la pérdida del deseo, dolor al tener relaciones sexuales, dificultades para lograr y mantener una erección, incapacidad de eyacular y de alcanzar un orgasmo.
Se han determinado factores físicos que influyen en la respuesta sexual, por ejemplo; el cansancio, el dolor y los distintos tratamientos como la cirugía, quimioterapia, radioterapia y tratamientos hormonales, pueden tener un impacto físico directo en el deseo y la respuesta sexual. En el caso de la quimioterapia, en mujeres puede originar problemas en la menstruación y acelerar el proceso de la menopausia, en varones hay una disminución de líquido seminal.
En cuanto a la radioterapia dirigida a la zona de la pelvis y diseminada a los genitales disminuye el deseo sexual, genera dificultades para obtener una erección y dolor al eyacular en los hombres, en las mujeres puede producir dolor al tener relaciones sexuales, menor lubricación, sangrado e irritación.
Entre los factores psicológicos se encuentran: los síntomas depresivos y ansiosos, los cambios en la imagen corporal que repercuten en el autoconcepto, la autoestima y la sexualidad, por ejemplo; las mujeres que son sometidas a una cirugía en dónde pierden el seno o la pérdida del cabello como efecto adverso de la quimioterapia. También interviene el estrés originado por las relaciones interpersonales que de alguna forma cambian en el transcurso de le enfermedad mejor no salgo con mis amigos, pueden reírse de mi aspecto.
En algunos casos la comunicación y la relación en pareja puede intensificarse o deteriorarse, como el abandono del esposo a la mujer, cuando ésta atraviesa por la enfermedad y los tratamientos. En esta situación se recomienda abrir canales de comunicación con la pareja y evitar las malas interpretaciones.
Recuerdo el caso de una pareja en donde la mujer pensaba que su marido ya no la veía sensual debido a que había perdido el seno y por consiguiente ya no se acercaba a ella, sin embargo, el esposo no sabía cómo aproximarse a su mujer y temía lastimarla. Es evidente que la pareja necesita tiempo para elaborar su nueva realidad en la intimidad, sobre todo en los casos en dónde la relación sexual no se recomienda medicamente y cuándo es físicamente imposible; una comunicación abierta, caricias y contacto físico pueden ayudar.
Las personas jóvenes se encuentran en mayor riesgo de presentar afectaciones en la función sexual, debido a que aún no tienen un concepto firme tanto de sí mismas como de su sexualidad, así mismo las que no tienen pareja ya que se sienten inseguras y ven difícil el encontrar un compañero adecuado.
Se ha determinado además que las parejas que tienen menos tiempo juntas son más vulnerables a presentar mayor estrés en el funcionamiento sexual.
Es importante saber que los cambios en la función sexual, originados tanto por el cáncer como por sus tratamientos, pueden restablecerse y lograr una sexualidad confortable. Sí para usted este tema es significativo, se sugiere preguntar abiertamente a su médico sin tapujos para que éste clarifique y explique tanto a su compañero como a usted las posibles causas de sus cambios sexuales.
Además, saber que existen tanto técnicas médicas como psicológicas que pueden ayudarle. Lo primordial es que ambos participen, puesto que es un trabajo de dos, así como establecer una comunicación adecuada tanto con su médico como con su pareja.
* La autora es Psico-Oncóloga graduada en la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Asociación Americana de Oncología y ejerce actualmente su profesión en la ciudad de Oaxaca.
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