Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
Oaxaca, Oax. 15 de junio de 2010 (Quadratín).- Las últimas manifestaciones seguidas de sendos bloqueos que pusieron por enésima ocasión en jaque a nuestra capital e hicieron por horas, imposible el curso normal de nuestras vidas, tienen un solo referente: un anti priísmo que sigue mostrándose incapaz de encontrar vías pacíficas y respetuosas de los ciudadanos de a pie, que al fin de la jornada quedan en medio de los partidos políticos y los intereses electorales. Juanito Pérez Audelo me ilustra y me dice que no fue de la autoría de Don Efrén Ricárdez Carrión aquello de que lo único serio en este país es la lucha libre, era original de Don Antonio Frausto y cuanta razón tenían.
Es insólito que en Oaxaca la coalición de la APPO pida el voto en nombre de la paz y el progreso cuando permiten que en su nombre se viole un derecho humano tan importante como el de libre tránsito y cuando pareciera que el fin primordial de la toma de cruceros, es la destrucción de propaganda electoral de quien no piensa como ellos.
Los bloqueos son vistos de 2006 como neo barricadas donde las llantas ceden su lugar en la combustión contaminante a la propaganda de los candidatos evielistas. La ciudadanía se muestra impotente y bien haría Eviel en marcar distancia con la inacción y complacencia de los actuales gobiernos ofreciendo en lo que resta de campaña, un gobierno con mano firme, comenzando por esbozar una iniciativa de regulación de marchas y plantones y un ofrecimiento serio ante de hacer valer el estado de derecho. Que aquello que no puedan ofrecer en nombre de la paz y el progreso, lo ofrezcan en honor a la transformación de Oaxaca.
Una muestra más de la necesidad de una mano firme en la tierra de Juárez la dieron maestros y mercaderes del centro de nuestra ciudad capital que, el pasado viernes, a punto estuvieron de protagonizar un enfrentamiento. 70% han caído las ventas desde que los maestros se plantaron en el zócalo y comenzaron el cierre de vialidades en el centro histórico.
Oaxaca de Juárez sufrió como ningún otro municipio la pesadilla de 2006. Fue el año en que Donají volvió a llorar y sus hijos poco o nada hicimos para rescatarla, la inmensa mayoría nos escondimos o huimos ante la complacencia del gobierno federal que solo atestiguaba el degüello de nuestra economía y nuestras vidas. Hoy tenemos la posibilidad de actuar y protegernos con un arma sumamente eficaz: el voto. El día de la votación, todos pesamos igual; todos valemos lo mismo. La credencial de elector nos hace a todos efectivamente iguales. Aprovechemos ese día para dibujar el Oaxaca que queremos para los próximos seis años y pongamos un dique a las huestes de nuestro futuro diputado Flavio Sosa.
Yo no estoy dispuesto, no se usted amable lector, a que mi ciudad y mi estado queden en manos de quienes la incendiaron con sus manos o con su dinero en 2006. Por eso al margen de militancias partidistas, de simpatías políticas, preferencias electorales o animo anti electoral en esta extraordinaria coyuntura hay que impedir el paso de quienes quieren el presupuesto de Oaxaca para una nueva locura lopezobradorista rumbo a 2012 y nuestro palacio de gobierno para que ejerza su presidencia legítima. Creo que no lo debemos permitir.