La Constitución de 1854 y la crisis de México
Oaxaca, Oax. 9 de junio de 2010 (Quadratín).- Pobreza y marginación son palabras cotidianas en los discursos de los funcionarios y funcionarias de gobierno y ahora de candidatas y candidatos en busca de votos utilizándolos en su propio beneficio, sin la menor consideración por quienes se encuentran padeciendo estas situaciones desde hace ya décadas.
El gobierno afirma que gracias al arduo trabajo que realiza, Oaxaca cada día se encuentra más cerca del desarrollo y el progreso, sin embargo basta que inicien los procesos electorales para que los candidatos en turno se apresten a mostrar las estadísticas más cruentas y devastadoras sobre los índices de pobreza y marginación en donde nuestra entidad se encuentra entre los tres primeros lugares.
Lo lamentable es que esta terrible realidad es evidenciada en la mayoría de los casos como parte de una estrategia de campaña empleada para exacerbar los ánimos de la población a través de discursos incendiarios en los que se presentan candidatos mesiánicos, los oficiales y los otros, como únicos capaces de revertir años de atraso tan solo con su arribo al puesto público en cuestión, casi mágicamente. Lo singular es que a los más protagónicos ya los conocemos
Lo anterior con el afán de convencer al electorado de favorecerlos con sus votos el día de la elección, porque de cambios ni hablar, para ello sería preciso realizar un análisis a fondo de la situación del Estado rubro por rubro, que arroje la realidad tal cual, a partir de ahí elaborar planes y programas de gobierno claros y precisos que contemplen políticas públicas acordes en cada tema, es decir dejar las improvisaciones, identificar los problemas, priorizar y formular una agenda política que contenga verdaderas soluciones que impliquen la viabilidad de acciones; incluir a los y las que saben, investigadores, científicos, tecnócratas, especialistas temáticos, en fin, en Oaxaca los tenemos ¿o no?
La política debe acompañarse necesariamente de la capacidad de asombro y la de indignación ante la pobreza reflejada en el rostro de hombres y mujeres que ansían tener la esperanza de una vida mejor, que no se resuelve ni con camisetas o mandiles y bolsas de mandado, insultando en principio a las mujeres relegándolas de facto al único papel de cocineras, y ofendiendo con las campañas ostentosas dignas de reyezuelos indiferentes, ungidos por la más alta divinidad, pretendiendo ser dueños de verdades absolutas.
Es reiterativo en sus discursos electorales, las promesas de programas sociales dirigidos a los sectores más desprotegidos y vulnerables que sin duda utilizan mediante la retórica que por ley de supervivencia siempre funciona, sobre todo si se acompaña con algo que de momento ofrece esperanza.
¿Qué les produce saber que un millón 337 mil 597 oaxaqueños se encuentran en pobreza alimentaria, que de los 400 municipios que a nivel nacional se ubican en el límite de la pobreza alimentaria 356 corresponden a nuestro Estado? -Es claro que material discursivo.
¿Qué programas tienen previstos para evitar que estas cifras sigan en aumento?
¿Qué políticas implementarán para que los sectores económicos formales revitalicen sus finanzas y la microeconomía alcance índices de bienestar mínimo que repercuta en la paz y el progreso y transforme el estado crítico y el descontento social?
¿Cuáles serán los mecanismos para sacar a los habitantes de los 272 municipios de las condiciones de alta y muy alta marginación en que viven?
En pleno periodo de campañas electorales las candidatas y candidatos de todos los partidos políticos, continúan sin un programa de gobierno coherente, adecuado, posible y viable de donde se desprendan sus propuestas de frente a todos los sectores de la sociedad, no se muestra sensibilidad política, tratándonos como débiles mentales o cuando menos ciudadanos y ciudadanas a medias.
El descontento general en Oaxaca se pretende capitalizar con alianzas partidarias que dirigen hombres y mujeres que de antemano conocemos, los mismos de siempre, los que entre ellos cuentan sus acuerdos con el enemigo, los festejan y después pelean a muerte, descalificándose y exhibiéndose por continuar en nóminas seguras. En verdad ¿serán nuestros salvadores?
Unos le apuestan a la ignorancia, otros a la indignación y al hartazgo, olvidándose que gobernar es mucho más que prometer.
A reserva de que en breve podamos escuchar de las candidatas y candidatos propuestas que tengan que ver con estos temas vitales para quienes habitamos esta entidad y saber que efectivamente tenemos alternativas, esta será otra campaña más, otra elección más en un Oaxaca sin posibilidades ciertas acceder a la justicia social y al desarrollo democrático.
* Regidora de Equidad y Género del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez