Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
JALPAN, Oax. 21 de noviembre de 2013 (Quadratín).- El diputado Sergio López fijó el posicionamiento de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD) respecto del Tercer Informe de Gobierno, durante la sesión de este jueves.
El siguiente, es el texto íntegro que leyó en tribuna:
Con el permiso del presidente de la Mesa Directiva;
Compañeras y compañeros legisladores.
La comparecencia del Ejecutivo en el Congreso ha sido el termómetro más visible de la transición política.
Siendo un ejercicio que proviene de los orígenes del constitucionalismo, es señal inequívoca del respeto que el Ejecutivo debe a esta soberanía; y sin duda, también, el cumplimiento a un mandato constitucional, consistente en la obligación de informar sobre el estado que guarda la administración pública estatal.
Por ello, ahora que da comienzo el periodo relativo al análisis y discusión del Tercer Informe de Gobierno del Titular del Poder Ejecutivo, siendo un ejercicio que entraña un compromiso con la rendición de cuentas, así como con la transparencia en el quehacer gubernamental, en observancia a los valores republicanos, y sin duda, a la nueva realidad institucional inaugurada por la alternancia, será obligatorio propiciar un diálogo razonado y una crítica documentada, dado que sólo en la concordia entre poderes puede asegurarse, una deliberación pública fecunda y la gestión exitosa de los asuntos públicos.
Es así, que Oaxaca en el año que termina, a pesar de un panorama nacional y extranjero, adverso en el sector financiero, cierra según cifras del INEGI, con un crecimiento sostenido por encima de la media nacional.
Situación que se refleja, claramente al haber triplicado la inversión estatal, nacional y extranjera, al pasar de de un monto de 4,440 millones de pesos en 2010 a más de 12,000 millones de pesos al cierre de 2013.
Así mismo, el volumen de empleos generados durante los últimos tres años, representa 12% más que las fuentes de trabajo generadas en todo el sexenio anterior.
Lo mismo puede decirse, de las políticas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, puesto que en el último año logró consolidarse una bolsa de 1,300 millones de pesos, apuntalando mediante un sistema de créditos a por los menos 8 mil empresas del estado.
Y qué no decir del turismo, que al conseguir en el último año, un aforo de 5.3 millones de visitantes, ha significado un apoyo directo a la economía estatal y principalmente al bienestar de numerosas familias que dependen de los servicios y productos que ofrecen.
Sin embargo, si bien las cifras económicas resultan alentadoras en el primer trienio de la gestión del primer gobierno de alternancia en Oaxaca, no resultan suficientes para el reto que representa remontar los rezagos históricos de nuestro Estado, y sin duda, remozar las instituciones, que nos lleven a transitar exitosamente del régimen hegemónico que prevaleció durante varias décadas, a la diversidad democrática que ahora estamos tratando de construir.
Por ello, ahora mismo, a mitad de camino, deberíamos replantearnos la ruta de la alternancia en Oaxaca, para acelerar la transición política que todos queremos.
Los tiempos que hoy vivimos, exigen respuestas rápidas y una construcción vertiginosa de una nueva realidad institucional.
Hoy igual que ayer, el cambio social, no se detiene, por ello no podemos darnos el lujo de ir a la zaga o abandonarnos a la inercia de administrar el statu quo.
Compañeras y compañeros diputados:
La Oaxaca de la alternancia, en este sentido, hoy tiene tres grandes pendientes.
El primero, no es otro que consolidar la reforma del Estado, que como sabemos consiste en la inaplazable tarea de: dotar al poder de reglas democráticas para su ejercicio.
Esta demanda se explica en gran parte, a la lección que nos dejó el movimiento social de 2006 en el Estado de Oaxaca y que al igual que el movimiento estudiantil de 1968, hizo evidente la exigencia de: limitar el ejercicio discrecional del poder, haciendo que los ciudadanos participen directamente en las decisiones que les incumben.
El segundo, consiste en construir las bases del despegue económico de Oaxaca, teniendo como punto de partida: rescatar el papel promotor del Estado en el desarrollo, la participación conjunta de la inversión pública y privada y la perspectiva del desarrollo regional con visión de largo plazo.
Y el tercero, no es otro, que propugnar para que el cambio político y económico se traduzca en: bienestar social.
El gran problema de Oaxaca, no es sólo la pobreza, sino la desigualdad y la exclusión social.
Mientras un amplio sector de la población permanezca al margen de derechos elementales como la salud y la educación, no habrá vida democrática exitosa.
Por ello, en la esencia del proyecto político de transición, debe privilegiarse el desarrollo social.
La alternancia política en Oaxaca, es histórica en sí misma.
Hoy estamos ante el reto de construir una nueva arquitectura del Estado, de imaginar el futuro y sin duda de estar a la altura para dar respuesta a los desafíos de Oaxaca.
Muchas Gracias.