D3sgarra Pumas a Atlético de San Luis
Miles, de corredores –muchos de los cuales prefieren ser autodenominados runners– recorren la ruta olímpica de 42 kilómetros que se estableciera en 1968.
Su ruta es ley para sirios y troyanos, peatones, ciclistas y automovilistas. Acá nadie pasa.
Entre el universo de atletas destacan corredores de élite, aficionados avanzados, adultos mayores, jóvenes; atletas con capacidades diferentes: un manual de sociología atlética que ni el alumno más avanzado de Max Weber supuso.
Otros cientos que en el transcurso de la mañana serán miles, alientan cual hinchas desinteresados a los atletas.
Este domingo, la ciudad de México es runner y sus calles un marco generoso para estimular y alentar a esos locos entusiastas que mañana no podrán mover ni las pestañas, pero cuya sonrisa permanecerá tatuada lo que resta del año.