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Indicador Político
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de octubre de 2016.- Javier Duarte de Ochoa fue una de las figuras de la juventud política que acompañó al grupo de Enrique Peña Nieto; hoy es un apestado del poder. Su salida del gobierno de Veracruz es tardía, ineficaz e irrelevante porque no va acompañada de una decisión federal de reconstruir el tejido social, político y moral de la entidad.
El dilema al interior del grupo gobernante fue muy estrecho: obligar a Duarte dejar el gobierno desde 2014 o dejarlo a su supervivencia propia. El problema fue de enfoque: la crisis en Veracruz se asumió desde el poder como personal, del gobernador, pero en la realidad tenía todos los indicios de una crisis de sistema político, de liderazgo y sobre todo de responsabilidad presidencial no sólo por haber prohijado a Duarte sino por haberlo dejado a sus propias contradicciones.
Veracruz se fue pudriendo a la vista de todos, a pesar de las advertencias en los medios y desde la oposición; pero gobierno federal, clase política local y PRI nacional se sentaron en primera fila a ver cómo Veracruz –un granero de votos para el PRI– se iba hundiendo en caos político, social y de gobierno sin que nadie hiciera algo por mantenerlo a flote.
En dos años Veracruz deshizo su tejido social, desgarró el tejido político y se hundió en la corrupción y la violencia criminal. Lo malo fue que la sociedad veracruzana se arruinó con Duarte porque nadie hizo caso a sus llamados de auxilio: secuestros, asesinatos, crimen organizado, fosas clandestinas. La política federal de seguridad pública nunca se dignó a mirar a Veracruz. Los gritos de dolor de la sociedad veracruzana por la creciente inseguridad no fueron escuchados y menos atendidos en el gobierno federal.
El PRI es el corresponsable de la crisis en Veracruz, como el PAN y el PRD de Oaxaca y el PRD de Morelos. Las direcciones políticas de César Camacho, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Ochoa Reza fueron incapaces de entender la crisis política de Veracruz como una crisis del PRI; y luego vino la derrota del PRI en la elección de gobernador y PRI y gobierno federal mantuvieron a Veracruz en el abandono no solo político sino peligrosamente social.
Durante dos años Veracruz se pudrió y ni la salida de Duarte del gobierno estatal ni su posible encarcelamiento podrán reconstruir lo destruido, dos largos años en los que PRI y gobierno federal tuvieron testimonios sobre la descomposición total de Veracruz. El sucesor de Duarte, el priista-panista Miguel Ángel Yunes Linares, carece de proyecto para rehacer Veracruz.
Ningún gobernador había sido tan criticado como Duarte, ningún estado había enviado tantos gritos de alarma como Veracruz, ninguna sociedad había quedado tan abandonada por el gobierno federal como Veracruz, ningún pueblo carece de destino como el de Veracruz.
La renuncia es demasiado tarde, demasiado poco y demasiado condescendiente.
Y después de Veracruz, el colapso se perfila en Morelos, cuyo gobernador perredista Graco Ramírez Garrido Abreu ha cometido exactamente los mismos errores de Duarte.
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The White House 2016: El Partido Republicano saldrá perdiendo pase lo que pase: si le quita la candidatura a Trump, si pierde o si gana. Y el Demócrata también saldrá mal por la nominación de Hillary… Los correos electrónicos liberados por WikiLeaks desnudan a Hillary como robot, demagoga y manipuladora y ambiciosa.
Y de paso raspan a su hija Chelsea, a quien califican dentro de la campaña demócrata como “mocosa malcriada”.
Política para dummies: La política es la administración del pasado para justificar el presente.
Sólo para sus ojos:
• Javier Duarte se peleó con todos y se hundió solito. Y nada garantiza que en automático vaya a dar a la cárcel. Las salidas tipo Rodrigo Medina son muchas porque el sistema penal fue diseñado por el PRI para eludir responsabilidades.
• Según indicios en el poder central, la caída de Duarte no forma parte de ninguna estrategia de equilibrios políticos sino de hundimiento propio. Los casos de Chihuahua y Quintana Roo forman parte de lógicas locales.
• El envío de tropas al Estado de México para combatir la delincuencia indica el fracaso del gobernador Eruviel Avila. Pero también el fracaso de la estrategia federal de seguridad porque se esperan hasta los colapsos para aumentar vigilancia.
• Indagaciones de la Auditoría Superior de la Federación hundieron a Duarte. Y parece que van tras del oaxaqueño Gabino Cué y el morelense Graco Ramírez y el ex de Chihuahua César Duarte.
• El profeta desarmado: con sobrepeso, sin armas y sin encanto reapareció el Subcomandante Marcos en Chiapas. Tema: indigenismo.
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