Ante EU, un acuerdo político interno Morena-oposición
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril de 2017.- La participación ciudadana para el control del ejercicio del gasto público es fundamental, de hecho casi todos los programas sociales incluyen aspectos relacionados con la participación de los ciudadanos en la vigilancia y la rendición de cuentas, pero como se observa en el Informe que la ASF ha hecho sobre el tema, demuestra que hay mucho por hacer.
La Secretaria de la Función Publica, ha hecho un ejercicio importante con las entidades federativas, fomentando y promoviendo la contraloría social, que tan buenos resultados tuvo en el pasado. La mejor experiencia que he conocido al respecto, es la del Programa Nacional de Solidaridad que traía un componente importante de participación ciudadana, la figura del contralor social, que realmente motivo a los pueblos, particularmente en estados como Oaxaca, y Chiapas, mostrando que el mejor control del gasto, es el que hacen los ciudadanos.
Al respecto hacia 1992 se dio en Oaxaca un importante evento con la participación de los 570 contralores sociales, el Presidente de la República en ese momento, Carlos Salinas, me preguntó en el evento, si eran contralores sociales o acarreados, claro que eran contralores sociales.
Fue una pena que este programa por razones políticas, no solo cambiase de nombre, sino de orientación, haciendo a un lado la participación social.
Era común en esos tiempos recorrer el Estado y observar como en las diferentes regiones había verdaderos ejércitos de gente, capacitándose en del manejo de los Fondos Municipales de Desarrollo, por un lado los funcionarios federales responsables del Programa y por el otro los estatales, que habían logrado también éxito en sus programas que vinculaban agua y participación ciudadana.
La coordinación intergubernamental funcionaba.
En algún momento los programas sociales en torno a Solidaridad se fortalecieron con las políticas estatales en Guerrero y Oaxaca, gobernados por Alejandro Cervantes Delgado y Heladio Ramírez López a fines de los ochenta y principios de los noventa.
En Guerrero con programas como dando y daño, canchas deportivas de Guerrero, entre otros, y en Oaxaca, Lluvia, Tequio y Alimentos, del cual se desprendieron muchos más, como Atajar el Agua a como de lugar, todos exitosos, con pocos recursos presupuestales, pero basados en la organización social.
De ahí surgió La Universidad tecnológica de la Mixteca.
Desafortunadamente existe un gran desconocimiento respecto a los mismos, a veces algunos analistas confunden el antecedente del Ramo 26, Solidaridad, Programa de Combate a la Pobreza, hasta terminar con el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), que está en el Ramo 33.
Lo han confundido con Progresa, Oportunidades y hoy Prospera.
En fin lo relevante es recuperar la importancia de la participación ciudadana en los programas sociales, en el ejercicio del gasto público y en la vigilancia del ejercicio del gasto.