El episcopado ante el segundo piso de la 4T
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de diciembre de 2017.- El copioso ejército de reserva que han creado los gobiernos de las últimas décadas, se ha convertido en algo normal que se incorporó en el seno de miles de familias y que terminó como algo cotidiano, algo que todo mundo acepta. De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en los 34 países que aglutina existen 39 millones de ninis, 7 de los cuales están en México. Con datos que dio INEGI el año anterior, de 53.5 millones de trabajadores, se calculaba que uno de cada cinco estaba “en reserva”, o sea el 20 por ciento, lo que rebasaría el dato que da la OCDE. Otros análisis globales, dan el dato de que a nivel mundial al menos la mitad de la fuerza de trabajo, carece de empleo. Los vaivenes de un capitalismo agresivo al que los seres humanos solo le importan como mercancía, fue desechando en todos los países, en el mundo, a millones de personas que terminaron convirtiéndose en lo que ofensivamente se llaman ninis -otros los llaman peor-, para tipificarlos como seres inactivos, que no aportan nada. En un país de gran desempleo como el nuestro -aunque se presuma de haber creado muchos en este sexenio y Calderón haya tenido la osadía de llamar al suyo el sexenio del empleo-, plantear una opción para miles de jóvenes que no tienen un futuro, lejos de ser sometido a la chacota cotidiana de la prensa vendida, debería de analizarse con seriedad si ello modifica entornos, cambia el esquema social y esos miles y miles encuentran una salida vital que los impulse a luchar por el país. Todos saldríamos ganando. En sus programas, los gobiernos en turno no han considerado este problema social que lastima a tanta gente -familias que tienen que cargar con uno o dos desempleados- y desaprovecha, además, una mano de obra y una inteligencia que se pierde con el correr de los años. Algunos quizá se incorporan a la economía informal a vender cosas en las calles sin importar su capacidad productiva. La propuesta de AMLO de contratar a ninis y convertirlos en becarios transitoriamente, es una buena inversión para el país. Con respuesta inmediata, como lo hicieron en el caso de la amnistía a delincuentes propuesta por López Obrador, algunos analistas lo consideraron poco viable desde el punto de vista económico, pero a diferencia de la pensión para adultos, que es de por vida, ésta no sería tal. Son becas transitorias, mientras la persona estudia y se capacita y después le ofrecen una opción real de empleo ¿Qé familia se opondría a esto?
Ejercito industrial de reserva
Es en El Capital de Carlos Marx donde aparece el concepto de ese ejército -industrial- de reserva que tanto abruma a la mayoría de países en este momento. España tenía todavía el año anterior, más de 5 millones de parados. La inutilización de una fuerza de trabajo no es casual, es parte de los ajustes del capitalismo y sirve como una amenaza permanente en contra de los que tienen empleo, para obligarlos a aceptar las condiciones que el patrón quiere imponer. Marx se refiere al avance tecnológico que al desarrollarse, va dejando sin empleo a muchos trabajadores y lo estamos viendo en este momento con la robotización, las computadoras, las redes. Se presentan muchos fenómenos que van degradando la posibilidad de empleo. En México se expresa con el salario informal, la contratación por honorarios y el extremo insultante que ejercen sobre todo las tiendas de autoservicio al utilizar trabajadores como los que envuelven mercancía o cuidan carros, sin salario, solo con propinas y a los que todavía ponen a trabajar en otro tipo de labores, gratis. El fenómeno del outsourcing, se va imponiendo, además, para liquidar derechos que fija la ley. Dentro de la economía clásica inglesa, John Maynard Keynes pese a sus posturas capitalistas, aborda el problema del desempleo con sensibilidad, al señalar que éste no puede ser un fenómeno voluntario como algunos teóricos sostienen, porque el que quiere un empleo al buscarlo no lo encuentra. Los llamados ninis se toparon con ese obstáculo y con el tiempo la cifra fue aumentando. Es irreversible, se argumenta, porque está inserto en el problema del capitalismo, pero mientras el sistema transita a su liquidación, ¿por qué no ayudar a unos pocos?