Enumera presidente de Paraguay los 3 desafíos de la prensa latina
CHILPANCINGO, Gro., 19 de mayo de 2019.- El obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza consideró que vale la pena dialogar hasta “con el diablo” para que se viva en paz en Guerrero y México y se pueda tener futuro.
En entrevista este domingo tras el inicio de la reconstrucción del atrio de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, La Villita, el prelado fue abordado sobre la campaña nacional contra las adicciones anunciada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador en la que dijo, se buscará un acuerdo de paz “con todos”, pues el diálogo es un instrumento de oro.
Expresó que en el caso de una amnistía debería ser restringida, desde su punto de vista, y no para los grandes capos que han “hecho tantas maldades”, sino para los considerados delincuentes menores, como los que algunas veces son detenidos por dedicarse a la siembra de amapola.
Consideró que en cuanto a una legalización de amapola, solo está de acuerdo en que sea para fines medicinales y no con fines lúdicos.
Para el obispo, el gobierno estatal es el responsable de que haya orden y disciplina en la entidad, pues la federación al estar muy lejos no conoce las situaciones, el terreno y cómo piensa los guerrerenses y a veces llevan a cabo actos que en lugar de ayudar perjudica, y en el caso de los ayuntamientos dijo que los alcaldes “tienen sus propios compromisos” y no pueden actuar.
Rangel Mendoza indicó que valdría la pena correr el costo político de lo que significaría poner orden en el estado, pues actualmente, dijo, se complace a todos para evitar conflictos mayores.
Siga leyendo en: Quadratín Guerrero