Diferencias entre un estúpido y un idiota
Hay un estanque lleno de sirenas transparentes
Alberto Blanco, En el país de un mejor conocimiento
Para Gaby Cueto
OAXACA, Oax. 29 de julio de 2021.- Entra la canícula a la ciudad, tarde de zancudos y finados, velorios; como en la infancia, me acerco a la ventana con la ilusión de viento algo del viento fresco; como en la infancia, también, sobre el calor llega el poema.
Carretera Cristóbal Colón
I
El mundo se agita tras un cristal.
II
Hay finados.
III
Pasé la infancia junto a la Carretera Internacional Cristóbal Colón,
pegado a la ventana supe -como dice Poe- que los poemas traen noticias.
IV
Las palomas bajan, beben el agua encharcada en el patio.
Puntuales devoran el alimento de la perra.
V
La tarde bermeja se hunde en Monte Albán -luz enrojecida,
hermana menor de la tierra.
Malditas cinco de la tarde, son las cinco de la tarde.
San Martín por la Secundaria, hasta el patio de las palomas
llega el rugir de motores,
¿quién enciende los autos? ¿dónde irán los motores?
VI
Vengo del camino, ¿cómo nombrar Monte Albán cuando tanta gente muere?
El silencio de la piedra pesa más que las palabras,
cinco de la tarde.
VII
Extiendo las manos, toco el aire -la mano me defiende de mi mala suerte.
Camino alrededor de la mesa -mil 400 pasos, voy tras lo ya nombrado.
VIII
La luz, el polvo, las abejas.
Escucho lo que escribo esta tarde de julio.
IX
Malas noticias, como gato en la trampa del ratón
miro tras la rejilla.
X
Los motores se alejan, permanece el polvo.
XI
¿Qué es lo que permanece?
La ventana. Hay sonidos, nombres, recuerdos de la infancia.
Soy el ciudadano de la Carretera Internacional Cristóbal Colón,
vengo del pueblo de mis padres, soy el niño que mira
tras la ventana.
XII
Soy incapaz de recordar el pasado -no lo tengo, se me escapa
el nombre de las personas que me rodearon.
Miro y recuerdo, invento la tarde.
XIII
Los sonidos repetidos que acompañan el panorama,
regreso a la libreta/abandono la escritura. Las palomas vuelan,
se alejan con el buche lleno. Yo permanezco,
escribo lo que no escribo.
XIV
¿Qué es lo que permanece?
Los ladridos de la perra, la madrugada.
La mierda que dejan en el patio las palomas
XV
Los perros son lo único que permanece,
su ladrido vuelve, puntual
sombra del muro que me contiene
-las palomas vuelan, se alejan, permanece
la nube de zancudos.
XVI
Las hojas, escritura de la tarde, anuncian mi condición de convicto.
Las noticias vuelan, se alejan, lo dijo Poe,
en el viento está el Paraíso.
XVII
La muerte de mi padre me enteró del velorio,
nada sabía de la transpiración de los floreros,
de la tarde bermeja,
los cementerios.
XVIII
A veces camino, doy vueltas a la mesa -pasaron cincuenta años.
Permanecen las palomas, el vuelo, la perra,
sus ladridos en el patio,
el velorio.
XIX
Repito las preguntas de mi madre.
XX
Escribo, vuelvo a la libreta.
¿Qué escribí ayer?
XXI
Carretera Internacional Cristóbal Colón.
XXII
Detenido junto a la ventana descubro -gran hallazgo- que hierve el café.
Las palomas vuelan, ladra la perra,
el patio se puebla de hojas.
XXIII
Las palomas bajan al patio, café caliente en mis labios,
tarde bermeja.
XXIV
El velorio llega, recién nacido el incienso.
XXV
Las palomas bajan, terminan -invencibles- el alimento de la perra.
XXVI
La perra reclama el hurto a la luna -madre de las palomas