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* Volpe aconseja a los estudiantes que “no busquen temas que les sean ni emocionalmente, ni físicamente lejanos, porque eso hace todo más difícil
OAXACA, Oax. 20 de junio de 2022.- “Tener curiosidad”, es lo que el fotógrafo Daniele Volpe considera, es la primera motivación que debe tener una persona que busca dedicarse a la fotografía documental.
Sin curiosidad no se puede aportar, compartió en un comunicado del Centro Cultural de las Artes San Agustín (Casa).
“Cuando uno busca algo que contar ya tiene la mitad del trabajo, y es una búsqueda que no necesariamente es fácil, pero cuando se encuentra un tema cercano a uno mismo, querer socializarlo es el primer paso”.
Un consejo que da a los estudiantes es que “no busquen temas que les sean ni emocionalmente, ni físicamente lejanos, porque eso hace todo más difícil, y para contar algo valioso no hay que alejarnos mucho”.
Volpe trabaja actualmente con los alumnos del Programa de Fotografía Documental del Casa.
El fotógrafo Italiano, radicado desde hace varios años en Guatemala, ha ganado en dos ocasiones el premio de World Press Photo y sus trabajos también han sido reconocidos en otros concursos internacionales como Picture of the Year International, FotoEvidence y Visa pour l’Image.
Sus imágenes están dirigidas principalmente a explorar temas relacionados con los derechos humanos y la justicia social en América Latina. También le interesa narrar las historias humanas que definen a la sociedad guatemalteca tras el genocidio.
Platica que él empezó a trabajar temas personales, “enfocados principalmente en la memoria histórica, en un país bastante complejo como Guatemala a raíz de las secuelas del postconflicto de la guerra civil que hubo en ese país”.
Volpe llegó a Guatemala como voluntario en un programa de recuperación de memoria histórica, y cuenta que antes de llegar ya había leído de la historia del país.
“Cuando llegué me encontré con la realidad y me confronté con ella, esto antes de ser fotógrafo, como persona, como individuo, escuchando los testimonios de los sobrevivientes, traté de crear un lenguaje visual que podía dar voz y explicar visualmente la travesía humana que los sobrevivientes, hasta la fecha, se enfrentan. Mi idea era justo seguir los procesos de búsqueda de los restos de los familiares desaparecidos, seguir un poco el proceso de duelo de las familias, concluyó en algunos casos con un entierro digno que les ofrecieron los familiares”.
Para el fotógrafo la motivación para dar talleres es que aprende mucho del trabajo colectivo, “ahora son más de 10 personas en un solo cuarto hablando de diferentes trabajos, de lenguajes visuales distintos, y esto me enriquece mucho. Vengo de un país, Guatemala, que no ofrece oportunidades de formación, creo que en este caso específico se me hace un regalo enorme, el CaSa ofrece beca, espacio para quedarse, y junto conmigo incluye un grupo de profesionales que tratan de compartir la experiencia de un recorrido profesional”.
Comenta que la fotografía “es una disciplina muy subjetiva en la lectura que hacemos de las imágenes y los temas, obviamente más voces opinan acerca de trabajos de fotografía, en este caso los estudiantes tienen un espectro más amplio de opiniones, enriquece la futura profesión, el hecho de que los tutores sean de una concepción de fotografía distinta uno del otro, todavía enriquece más eso.
Conozco los trabajos de los demás tutores, y soy uno de los principales admiradores de ellos justo porque son aproximaciones a la fotografía que no necesariamente son tan distintivas de mi parte, esas experiencias me pueden acercar a un tipo distinto de narrar historias”.
El fotógrafo documental impartió una charla el jueves 16 de junio a las 18 horas en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, donde abordó el tema de memoria histórica y cómo la imagen puede ayudar en construir y mantener esa misma memoria.