Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”
Jorge Agustín Nicolás Ruíz de Santayana y Borrás.
Después de dos horas de larga fila, pudimos pasar a la mampara y utilizar las boletas que nos fueron entregadas para emitir el voto, en la jornada electoral que culminó este domingo.
La participación tendrá un dato oficial de cuántos mexicanos acudimos a las urnas, pero evidentemente jamás había tardado tanto en una fila para poder votar.
Mi compañero de fila, arquitecto de profesión y muchos familiares nos encontramos este domingo 2 de junio, emoción a flor de piel se percibía en las casillas instaladas para la jornada electoral.
Saludos alegres hasta con los funcionarios de las casillas, quienes agobiados por el tumulto participante y ordenado, cumplían con su encomienda cívica.
La experiencia de este proceso electoral 2023-2024, organizado desde la Presidencia de la república y que inició en el año 2021, después de tres años, por fin termina.
Proceso inédito con la voz y poder desde la Presidencia de la república que no pudo ser callada como cuando se le exigió a la chachalaca lo hiciera.
El resultado parece ser, no que ganó el partido del presidente, sino que desde el rancho saldrán las órdenes para que se ejecuten por la futura presidenta de México.
Las propuestas no saldrán del Congreso, se enviarán para que no les quiten ni una coma.
Eso fue lo que este domingo mandó la sociedad mexicana, en eso hay que reflexionar.
Un estado gobernado por quienes no son equilibrio y menos son capaces de proponer, hace recordar aquella escena donde un Diputado Federal con obsceno ademán festejó una votación en el recinto camaral.
Hoy muchos personajes políticos de ese pasado nacional y locales, hoy están en el partido que triunfó.
Así son los procesos electorales, decide la participación social en las urnas, ahora, después del mensaje de la candidata que lleva ventaja, también hace recordar que en el 2018, se dijo un mensaje a los mexicanos y durante seis años, se emitieron epítetos contra quienes no se someten ni piensan igual al presidente de la república.
Ese es el riesgo, ahondar la polarización de la sociedad, por que todos somos pueblo pero no todos nos sometemos ni somos cómplices.