El episcopado ante el segundo piso de la 4T
De acuerdo a la asociación Causa en Común, en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador sucedían 43 masacres al mes, este dato va en contra de las declaraciones constantes del presidente donde asegura que ya no existían estos hechos.
No fue una vez, fueron varias veces donde lo repitió, como si se intentara convencer y persuadir a todo un país.
Pero era muy simple su análisis, señalaba que no había masacres porque el gobierno no participaba, pero hay muchas formas de ser parte de estos hechos, cuando hay impunidad, cuando los problemas se dejan crecer, cuando no existe una estrategia de fondo, las masacres se presentan, así que sí es responsable; también no hacer nada es una postura.
En este marco, asume la presidencia Claudia Sheinbaum Pardo, con un país convulsionado por la violencia y la orfandad institucional.
La primera mandataria hace unos días presentó ante un zócalo capitalino, 100 puntos en los que basará su gobierno.
En algunos, de manera muy general, dejó ver que daría continuidad a una estrategia de seguridad que demostró ser fallida. Menciona “Vamos a profundizar la estrategia de seguridad y los logros alcanzados. Porque hay logros” otra vez a través de discurso intentan imponer una realidad, pero que sigue siendo muy lejana a la que se vive en los pueblos y comunidades de México.
Dice que “no es una cuestión de mano dura, de guerras o de autoritarismos”, pero cabe responder que la mano blanda sólo le ha convenido a los delincuentes y criminales que se saben sobre las leyes y el estado, y el autoritarismo que existe es el provocado por el miedo, ese que paraliza a las comunidades y provoca que quienes están encerrados sean las familias tratando de salvaguardar sus vidas.
Estamos totalmente de acuerdo cuando señala que “La construcción de la paz, es una responsabilidad de todos los poderes y eso solo se logra limpiando de corrupción y con coordinación”, pero qué tanto será discurso y realmente cuánta disposición tiene para avanzar. Atacando a los poderes mediante una mayoría legislativa y combatir la corrupción mediante sesgos ideológicos, o sólo ver el mal en el vecino, tampoco ayuda.
Así asume la presidenta, y al día siguiente, nos enteremos que miembros del Ejército asesinaron a 6 migrantes en Chiapas, presuntamente como resultado de una persecución. Esto sucedió en el día que se conmemora un aniversario más de la masacre del Tlatelolco, donde jóvenes estudiantes fueron acribillados.
Así que en su segundo día al mando, y después de la salutación con las fuerzas armadas, sucede esto, espero y confío de que no sea una señal ni una muestra de lo que podía venir. Espero que sepa virar la estrategia a tiempo y que no se la pase negando ni justificando la violencia, porque en ello se le fue mucho tiempo y vidas a su antecesor.