
Los datos no garantizan éxito para la elección judicial
Oaxaca, Oax. 10 de agosto 2012 (Quadratín).- Si fuera por encuestas, la demanda ciudadana volvería a ser seguridad por la amplia mercadotecnia y difusión oficial de violencia en el último sexenio y por los más de 60 mil muertos contabilizados hasta mayo del 2011. Pero hay otra perspectiva que establece la premisa de que, sin gobierno o con uno débil, es imposible alcanzar el objetivo base de todo lo demás: GOBERNANZA o GOBERNABILIDAD (así con mayúsculas).
Desde 1994, con la rebelión zapatista en Chiapas, el magnicidio de Luis Donaldo Colosio y el de José Francisco Ruíz Massieu, el país comenzó a perder, si se quiere lenta pero irremediablemente, la gobernabilidad. Las expresiones de su antípoda, la ingobernabilidad, se expresaron con mayor claridad y crudeza y el gobierno empezó a perder el control del timón. Primero el PRI perdió la Presidencia de la República y el PAN no se enteró de lo que eso representa la gobernabilidad o gobernanza.
Por eso ahora, la designación de los coordinadores priistas en las cámaras de Diputados y de Senadores, son un claro mensaje de hacia dónde ha enfocado sus baterías el hasta ahora candidato ganador y en un mes presidente electo de México, Enrique Peña Nieto.
El diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa Patrón tienen ya un papel estratégico en la recuperación de la gobernabilidad, no solamente por su respectivo papel al frente de las bancadas priistas en las cámaras baja y alta, respectivamente.
Peña Nieto ha expresado en círculos íntimos su preocupación por los temas de seguridad, pero más por los temas directamente involucrados con la gobernabilidad, esto es la práctica política con la ley como único instrumento de operación. Tanto Beltrones como Gamboa se convirtieron en operadores imparables, cuando el priismo perdió objetivo y rumbo.
Beltrones, aseguró que la agenda priista está clara y unificada y se actuará con sentido de diálogo y negociación con todas las fuerzas políticas porque más vale la fuerza de los acuerdos, que los acuerdos a la fuerza.
Beltrones Rivera asumió cinco compromisos claves:
— Acompañar la alternancia con alianzas legislativas, fundamentales para concretar las reformas energética, fiscal y laboral que permitan lograr un crecimiento económico y sostenido, la generación de empleos, recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y la clase media, así como la reversión de la pobreza.
— Establecer arreglos con los partidos de oposición, pero no superficiales, sino con objetivos fundamentales a cumplirse tanto a mediano como a largo plazos.
— Que la bancada del PRI asuma sus responsabilidades frente a la sociedad, basándose en la construcción del diálogo y el ejercicio de gobierno con la gente.
— Lograr las reformas económicas que se requieren para alcanzar un ritmo de crecimiento sostenido.
— La fracción del PRI asume como propia la agenda legislativa de Peña Nieto, pues no puede haber dos proyectos de país.
En síntesis GOBERNANZA o GOBERNABILIDAD.
Por su parte, Gamboa Patrón valoró la experiencia y voluntad para impulsar las reformas laboral, energética, fiscal y de seguridad social. También se esforzarán en incluir en la agenda legislativa la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, el otorgamiento de más competencias al IFAI y la creación de una instancia ciudadana para supervisar la contratación de publicidad de los poderes públicos.
Los mexicanos votaron por un gobierno que trabaje para todos, votaron por una presidencia democrática que escuche y convoque a todos a unirnos en torno al compromiso con la seguridad, la paz, la tranquilidad, la legalidad y la gobernabilidad, subrayó. Gamboa Patrón.
El país espera la unidad de los mexicanos, no su división; exige concordia, no discordia; acercamiento, no distanciamiento; diálogo, no cerrazón, no desacuerdos; consenso, no disenso; armonía, no conflicto
Tras las dos derrotas electorales que en algunos casos auguraban la desaparición de nuestro partido, los priistas aprendimos y logramos establecer una forma de autogobernarnos sustentada en principios democráticos y pluralidad interna, con lo que nos ubicamos como un factor de estabilidad y gobernabilidad.
Hace ya 4 sexenios que el control de las finanzas se volvió mecánico y se perdió en los aspectos políticos y humanos que tienen que ver con la gobernabilidad. Y, para quienes no lo entiendan y no lo acepten, se verá que para Enrique Peña Nieto. ése sí es el valor supremo de la sociedad porque la ingobernabilidad debilita al Estado, aniquila la autoridad y provoca la injusticia. Así está de claro, por supuesto, para quien quiera entenderlo.
Las acciones del próximo gobierno, ahora sí, ya empezaron.