La compleja trampa de no ser ingenuos
México, DF. 6 de abril del 2012 (Quadratín).- Uno de los más graves problemas del país es el desperdicio de los recursos humanos y materiales, que se dilapidan sin ton ni son.
La emigración de millones de mexicanos, principalmente a los Estados Unidos, es una pérdida que, sin embargo, se contabiliza y clasifica como ganancia por las grandes cantidades de dinero que envían a sus familiares y que se les denomina remesas
Las remesas constituyen las migajas del esfuerzo, la producción y el talento que esos millones de mexicanos aportan a otros países. Si bien es cierto que las políticas migratorias estadounidenses, ahora también por parte de Canadá, se han endurecido, son millones quienes generan trabajo, riqueza e inversión.
Es una vergüenza los millones de personas dispuestas a abandonar su tierra, su familia, su cultura por la falta de oportunidades. Muchos de ellos a riesgo, inclusive, de la propia vida.
De acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), México y Estados Unidos conforman el corredor migratorio más importante y dinámico del mundo, que durante el 2010 fue utilizado por más de 23 millones de personas que ingresaron a nuestro país por los puestos establecidos, de los cuales 140 mil lo hicieron de manera ilegal.
El BM señala que México es el principal expulsor de migrantes en el mundo con 11.9 millones, mientras que Estados Unidos es el principal receptor, pues recibió durante el 2010 a 42.8 millones de personas provenientes de todo el mundo; es decir, que de cada 100 inmigrantes temporales o permanentes que ingresaron, 28 eran mexicanos.
Por esta razón, desde el Congreso de la Unión, se propuso que las empresas extranjeras que empleen a mexicanos, elaboren los contratos en idioma español y señalen el domicilio legal para posibles demandas por incumplimiento de contrato.
Esta es una iniciativa que reforma y adiciona la Ley Federal del Trabajo, que plantea sancionar con pena de prisión a las agencias que lo incumplan, así como la revocación de la autorización y cancelación del registro. Establece adicionar al artículo 1011 de la Ley, para imponer una pena de prisión de nueve meses y hasta tres años, y multa de 150 a 315 veces el salario mínimo general, al apoderado o representante legal de la agencia de colocación que viole lo dispuesto en el artículo 539-F, el cual estipula que las autorizaciones se otorgarán previa solicitud del interesado, cuando a juicio de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se justifique la prestación del servicio por particulares y, una vez que se satisfagan los requisitos que se señalen.
Los diputados plasmaron en la iniciativa que los mexicanos que se trasladan al extranjero a trabajar, deben conocer las condiciones laborales con las que están contratados para que puedan acudir ante la autoridad competente a exigir el cumplimiento de contrato. Los trabajadores migrantes señalan que el contrato que firman está redactado en idioma inglés, y considerando que la mayoría de los que cruzan de manera legal (e ilegal) para trabajar son personas que pertenecen a los sectores sociales más pobres, marginados y desprotegidos, da como consecuencia que desconozcan las condiciones laborales en las que son contratados, lo que los coloca en un verdadero estado de indefensión.
Estas modificaciones permitirán erradicar la explotación de los trabajadores migrantes quienes son un gran aporte para la economía nacional, a través del envío de sus remesas. La iniciativa también establece que las Secretarías del Trabajo y Previsión Social, de Gobernación y de Relaciones Exteriores, mantengan campañas de difusión para informar a los trabajadores que deseen irse al extranjero a que conozcan sus derechos y el procedimiento mediante el cual deben ser contratados. Esta medida permitirá impulsar una cultura de respeto sobre los derechos labores de todo trabajador migrante, puntualiza la iniciativa que será analizada por la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
Sería mejor buscar la forma de que las oportunidades de trabajo y preparación que se buscan fuera, se proporcionaran aquí. Pero eso exige poner los caballos adelante de la carreta, es decir, establecer compromisos y prioridades de gobierno que fueran un poco más lejos de verse la punta de la nariz.